En la tierra prometida de Cruickshank: miel y leche … ¡Pero no para el pueblo costarricense!
por Manuel Sandoval Coto
Este gobierno no deja de sorprender y desconcertar. Quizás algo tiene que ver con el hecho de que tiene al frente un personaje que se considera poco menos que otro Juanito Mora, enfrentándose a una situación de extrema gravedad para Costa Rica por la concatenación de la pandemia, la crisis económica que ha detonado a nivel mundial y la amenaza de que la deuda pública aplaste al país. Ante la dimensión de los problemas a los que se enfrenta Tiquicia, el gobierno profundiza sus rasgos autoritarios, alentado por el gran capital, que reclama que reprima más duramente las protestas sociales, pero al mismo tiempo creando fricciones con el resto de la burguesía.
Hace quince días, antes de que la UCCAEP terminara de hundir la farsa del diálogo multisectorial, la gente del Estado de La Nación, economistas y Otón Solís, anunciaban que se iba a llegar a un acuerdo para reducir el gasto público en 884 000 millones de colones, por la vía de reducción del gasto público y más impuestos, lo que permitiría un poco de respiro a la hora de manejar la deuda pública en el 2021. Socarse la faja y allanar el camino a un acuerdo con el FMI, es importante para crear la imagen de que el país es un buen pagador y se le puede seguir prestando plata. Hoy se reporta que ante la incertidumbre que hay en los mercados financieros con respecto al país, los euro-bonos se está depreciando. En otras notas hemos caracterizado que frente a la deuda pública se ha entrado en un juego de pirámide, donde la amenaza de que el país caiga en una situación de default (de imposibilidad de que el Estado siga pagando sus compromisos presupuestarios, lo que provocaría un cataclismo económico y una devaluación violenta del colón), depende que se se siga adquiriendo deuda.
Creíamos que el fracaso del diálogo multisectorial, impulsaría un acuerdo a nivel legislativo y con el anuncio de una economía presupuestaria de 884 000 millones de colones nos pareció que ya el asunto lo estaban cocinando. Nos sorprendió, por eso, que el domingo el ministro de la Presidencia diera orden a los ministerios de denunciar los recortes que preparaban los diputados de oposición para el lunes en la Comisión de Hacendarios. Los diputados de la oposición están enceguecidos, evidentemente, por el mito que creó la burguesía de que la solución al déficit fiscal es recortar el gasto público. Aparte de eliminar el pago de asesorías, obligar a la renegociación del monto que se paga por alquileres, y recortes de los salarios con medidas como eliminar el pago de las anualidades, es difícil que puedan ir más allá de algunos pichuleos de poca monta, que pueden afectar gravemente, sin embargo, el funcionamiento de algunas instituciones y programas sociales. Lo curioso es que el gobierno, que fue con Villalta a impedir que se aprobaran las mociones de la oposición en la Comisión de Hacendarios, sí tiene un plan para hacer recortes por 150 000 millones de colones – como lo ha señalado a los diputados, Elián Villegas, el ministro de Hacienda. Lo pensábamos hacer vía un recorte presupuestario en enero, pero podríamos hacerlo ahora, dijo, para meter más las patas y embarrar todo.
Cabe preguntarse entonces si no estamos ante una maniobra de poca monta del gobierno, para aparecer defendiendo el gasto social del Estado y el funcionamiento normal de las instituciones, mientras hace que la oposición quede como los malos de la película. En este marco, la nueva farsa de diálogo en el Tribunal Supremo de Elecciones, nace con poca credibilidad.
La oposición anuncia que no va a votar el proyecto de presupuesto. Podría ser que entre a regir a finales de noviembre sin que se apruebe. Otra posibilidad muy probable, es que ante el aislamiento en que está el gobierno, ceda y se voten en el plenario recortes verdaderamente brutales al gasto social del Estado. Los diputados no tienen mucha conciencia de lo que hacen, quieren recortes a rajatabla pero al mismo tiempo se proponen disminuir drásticamente el impuesto del marchamo, lo que implica que ahorran metiendo tijera por un lado, y por otro vuelven a abrir un hueco. Jugar a la pirámide con la deuda, exige una disciplina brutal (cortando el gasto y aumentando los impuestos) que parece que en año electoral no van a tener.
Frenar lo que pasa en el búnker de Cuesta de Moras dependería de que continúe y se profundice la movilización social contra las medidas que implica el acuerdo con el FMI. Las dirigencias sindicales y populares que no quieren rendirse ante el gobierno y la burguesía, no pueden ver cómo la alternativa a la continuidad de la lucha, diálogos estériles con las cámaras patronales y/o el gobierno, para empantanar la lucha popular. Si este es el camino que escoge Rescate Nacional, traicionará las expectativas de los sectores populares que se expresaron en los bloqueos. Es necesario un Encuentro de todos los trabajadores, los campesinos y el pueblo para definir un plan de lucha y una estrategia para derrotar EN LAS CALLES al gobierno y la burguesía. ¡La represión del Estado burgués hay que derrotarla con la unidad de los de abajo!
La magnitud de la crisis fiscal es tal, que la única forma de evitar el default es con una moratoria (suspensión) del pago de la deuda interna en manos de los grandes evasores fiscales: más de 8 billones de colones (8 000 000 000 000 de colones) en títulos del estado, adquiridos con la plata que dejaron de pagar en impuestos. Esta deuda con plata mal habida DEBE AUDITORARSE y condonarse (borrarse) cuando se determine que los propietarios de los bonos son grandes evasores fiscales. Un default borraría esta deuda al depreciarse abruptamente el colón, pero también se llevaría en banda los fondos de pensiones, los ahorros del pueblo en colones, las reservas de la Caja y las inversiones de las cooperativas y las instituciones públicas en títulos del Estado. ¡UN VERDADERO DESASTRE!
Sólo el pueblo puede dar una salida a la crisis, desconociendo el pago de la deuda en manos de los evasores fiscales.
HAY QUE EVITAR QUE EL PAÍS SE HUNDA BAJO EL PESO DE LA DEUDA
¡SÓLO EL PUEBLO SALVA AL PUEBLO!