¿HACIA LA QUIEBRA DE LA CAJA?
Por Manuel Sandoval
En La Nación de esta semana se están dando algunos datos sobre la situación financiera de la Caja a los que el lector debe ponerles atención. La crisis financiera que sufre la Institución, se está expresando en el congelamiento de 120 obras de infraestructura hospitalaria, por 934 314 millones de colones, que la Caja iba a realizar en un plazo de 10 años a partir del 2021. Van a quedar a la espera de mejores tiempos, obras tan importantes como el Hospital de Limón, el Geriátrico y el de Cartago.
Seguir adelante con estas obras implicaría un plan serio por parte del gobierno para pagar las deudas por 1,4 billones de colones que ha acumulado con la Caja. Pese a los abonos que se han hecho (un 10% sobre los montos de los últimos empréstitos internacionales), resulta que no está haciendo las aportaciones de este año a los regímenes no contributivos a cargo del presupuesto nacional, por lo que al final de cuentas no se está reduciendo la deuda.
Realizar estos proyectos implicaría además un gasto operativo extra para la Caja por 803 996 millones de colones en 10 años y como consecuencia de la pandemia los ingresos para los gastos corrientes (las cotizaciones al Seguro de Enfermedad y Maternidad-SEM) se han caído drásticamente por el desempleo, la deserción masiva de los asegurados voluntarios, las reducciones salariales con la flexibilidad de la jornada y la política del gobierno de disminuir la base impositiva so pretexto de la pandemia para favorecer a los grandes empresarios. Para este año, se abrió un hueco de 348 595 millones de colones menos en los ingresos, una reducción del 15%; que sería menos el año entrante, pero sólo se comenzaría a remontar a partir del 2022 con una recuperación anual del 3,5%. Evidentemente, no hay por dónde seguir adelante con los proyectos de infraestructura que van a quedar suspendidos, máxime cuando todas las proyecciones de ingresos futuros se fundan en una expectativa muy optimista en cuanto a una reactivación de la economía costarricense a corto plazo.
La Caja, sin embargo, tiene un fondo para inversiones de más de 1,2 billones de colones, por lo que obras que ya están avanzando: 248 proyectos de infraestructura con una inversión y un gasto operativo por 1, 15 billones de colones se mantendrán en ejecución. La Caja es el principal inversor del Estado en obra pública, y parar los proyectos sería desastroso para una economía muy maltrecha con la pandemia.
A primera vista, de los datos que presenta La Nación (con el apoyo de la Gerencia Financiera de la Caja y otras jefaturas) hay que sacar una conclusión terrible: se pueden caer a pedazos el Tony Facio de Limón y el Max Peralta de Cartago, y no va a haber posibilidades de reconstruirlos … ni parcialmente.
Lo más alarmante, sin embargo, es que según la Dirección Actuarial y Económica de la Caja, entre el 2025 y el 2026 se estarían acabando las reservas por 1,3 billones de colones que tiene el SEM, generando hacia el 2030 un hueco entre andaría entre 2,7 y 4, 2 billones de colones. (Tome el lector en cuenta que todas estas proyecciones son sin considerar el pago de la deuda acumulada del gobierno, aspecto que no nos parece casual porque las autoridades de la Caja han venido en la política de hacer borrón y cuenta nueva. Sólo miden el impacto de la reducción del pago de la cesantía y de los salarios, la solución mágica de los neoliberales).
La burguesía costarricense ha comenzado a discutir que se rebajen las cargas sociales para tener más competitividad en los mercados internacionales. Es claro entonces que la intención de La Nación al presentar “con crudeza” la situación financiera de la Institución es preparar el terreno para aumentar brutalmente la contribución de las trabajadoras(es) al SEM y el IVM y al mismo tiempo avanzar proyectos de privatización parcial (en función de sectores medios con capacidad de pago) a fin de dar respuesta al deterioro brutal de los servicios médicos que brinda la Caja.
Con la amenaza de un default el año entrante (cuando hay que pagar intereses y principal de la deuda pública por 10 000 millones de dólares y probablemente el Estado costarricense no va a estar en capacidad de hacerlo, abriendo una crisis financiera mayor y el derrumbe del colón), el movimiento de masas tiene que comenzar a discutir cómo ejecutar una moratoria (suspensión de pagos de los vencimientos de la deuda en manos privadas), para alivianar la presión de la deuda y liberar recursos para sostener la Caja y los regímenes de pensiones e impulsar la reactivación económica del país. El pago de la deuda se tiene que enfrentar frenando la evasión y la elusión fiscales.
NO ES DE LOS DIÁLOGOS INÚTILES CON EL GOBIERNO Y LAS CÁMARAS, DE DÓNDE PUEDE SALIR UNA ALTERNATIVA OBRERA Y POPULAR PARA LEVANTAR EL PAÍS E IMPEDIR QUE LA CAJA QUIEBRE.
¡ES NECESARIO UN ENCUENTRO OBRERO Y POPULAR INDEPENDIENTE DE LAS CÁMARAS Y EL GOBIERNO!