Y usted ¿A qué clase pertenece?
Por Miguel Barrios Gutiérrez
Todos los que necesitan recibir un salario, o una pensión para poder subsistir, son, o somos, clase obrera.
Yo creo que la pregunta: “¿A qué clase perteneces?”, no está muy bien planteada, porque la persona no elige el pertenecer a esta o a aquella clase social, pues el sello de clase lo trae desde su nacimiento, en la mayoría de los casos.
En el caso mío personal, soy clase obrera campesina, porque nací en el campo, (las zonas cafetaleras y cañeras de Turrialba, hijo de padres muy pobres, trabajadores del campo. Mi padre muere y yo sólo tengo tres años, y como es de suponer, nuestra situación económica empeoró con la ausencia de nuestro padre. Con mucha dificultad logré llegar a tercer grado de la primaria, y a los doce años solicité en el Patronato Nacional de la Infancia, el permiso del Patronato, que era el documento que me permitía trabajar en cafetales y canales, en trabajos en muchos casos extremadamente duros y peligrosos
Claro, después estudié un poquito de colegio y otras cosillas cuando me vine para San José, pero eso no me da derecho de decidir a qué clase pertenecer, pues desde antes de nacer ya traía en mi destino pertenecer a la clase obrera campesina.
Existe un grupo muy reducido de personas de la clase obrera, que poco a poco comienzan a prosperar en algún oficio independiente, y siguen subiendo hasta convertirse en dueños de una empresa, y contrata empleados y más, pero necesita subir más. La empresa se expande y empieza a instalar sucursales por todo el país, y contrata administradores que le rinden cuentas al Gerente General, y ese gerente sí tiene cómo decir que es clase media, pero nadie más en toda la institución o fábrica, porque dependen de un salario.
En todas estas luchas que hemos venido dando durante este inepto gobierno de Carlos Alvarado, que insiste en cobrarle impuestos a los pobres, rebajarles los salarios y congelarle las pensiones, (como en mi caso), pero a la vez seguir alcahueteando a los millonarios que no pagan impuestos, nosotros los grupos de izquierda hemos salido a las calles, con banderas y pancartas, reclamándole al gobierno su increíble descaro. Y muestras pancartas explican muy claramente la consigna:
QUE PAGUEN IMPUESTOS
LOS GRANDES EMPRESARIOS.
Y NO LOS POBRES
QUE VIVEN DE UN SALARIO.
O sea que no puede ser “clase media”, ni mucho menos autoproclamarse clase media, aquella persona que está expuesta a caer en la miseria, en cualquier momento en que su patrón lo deje sin empleo.
Y LA CONCIENCIA DE CLASE ¿DÓNDE QUEDA?
Una cosa es pertenecer a la clase obrera, y otra es tener conciencia de clase.
Las grandes mayorías de la población mundial son clase obrera, pero no tienen conciencia de clase. Algunas personas; como fue en mi caso, obtienen conciencia de clase a muy temprana edad. Yo entendía muy claramente y sin que nadie me lo explicara, que sí un patrón me daba trabajo, no era para hacerme ningún favor, sino porque necesitaba un trabajador que le hiciera X trabajo. Sí me despedía, al momento contrataba otra persona que me sustituyera.
Existen lamentablemente millones de personas pertenecientes a la clase obrera, que nunca llegan a adquirir conciencia de clase, y hasta tratan de tutearse con el patrón, como si fueran iguales.
Para terminar este tema hablemos de la importancia de los libros. La lectura es primordial. Muchos llegan a adquirir conciencia de clase a través de los libros. Hay también que recordar que existen grandes y valiosos intelectuales, que aportan una gran ayuda a la lucha revolucionaria, a través de sus conocimientos de la historia del marxismo leninismo trotskismo.
A todos esos intelectuales, que sí entendieron la justeza de nuestra causa, los necesitaremos a la hora de la acción. ¿Cuál acción? Con gusto lo explicaría ahora, pero es parte de otro tema.