¿Hacia el colapso de la Caja?
¿VA A COLAPSAR EL SISTEMA HOSPITALARIO CON EL REBROTE DEL COVID?
Por Manuel Sandoval
La cháchara de Salas y otras autoridades de Salud metiendo miedo sobre el colapso inminente del sistema hospitalario por el contagio masivo del Covid que está habiendo en estos días, pone el acento una vez más en que la población es responsable de lo que ocurre por no acatar las medidas de distanciamiento social.
A un año del inicio de la pandemia, machacar sin cesar con este discursito para aterrorizar, pone en evidencia que las autoridades de Salud no reflexionan mucho sobre la dinámica que ha tenido la pandemia y las experiencias que deja. Peor aún, pareciera que para seguir las políticas de austeridad de este gobierno y no gastar demasiado, NO PREPARARON ADECUADAMENTE A LA CAJA para enfrentarse al rebrote de la pandemia. Las autoridades de la Caja se han hecho de la vista gorda con la deuda del gobierno, permitiendo incluso que Hacienda eche mano de las reservas del IVM y del SEM para pagar los intereses de la deuda pública, y sólo recientemente han metido en cintura al MEP (que le adeuda 149 000 millones de colones), obligados por la disminución brutal de los recursos de la Institución. Salas, Macaya y los otros jerarcas del gobierno y la Caja, culpando a la población por la expansión del Covid, siguen curándose en salud por el desastre sanitario que pueden provocar.
El año pasado, con los primeros brotes de la pandemia, nos llamó la atención que el virus se expandía rápido, pero la tasa de letalidad no era tan alta. Donde el virus se ensañó más y provocó más muertes en Europa y Estados Unidos, fue entre los ancianos y la población más pobre, pero es claro que esto se debió fundamentalmente a la insuficiencia de la atención médica a estos segmentos de la población. Como resultado de las políticas neoliberales que han venido minando la protección social que brinda el estado, prácticamente fueron abandonados a su suerte. En América Latina, ocurrió otro tanto con los sectores populares, y el tercer rebrote está golpeando fuertemente en Brasil por tener la seguridad social en crisis por el paso de Bolsonaro por el gobierno.
Si en Costa Rica la tasa de mortalidad ha sido comparativamente más baja, se explica no por el confinamiento y la sabiduría de Salas y congéneres, sino por la solidez de los servicios médicos de la Caja. Pese al estrangulamiento financiero que vive la Institución, se logró enfrentar las dos primeras oleadas de la pandemia, aunque sacrificando la atención de los pacientes con otras dolencias graves.
Para valorar esto, es importante tener presente la situación de Uruguay. Era el único país latinoamericano donde aparentemente había funcionado el confinamiento del año pasado. Hoy tiene, sin embargo, un porcentaje de población contagiada similar al de Costa Rica (un 6%), y como en el caso nuestro el sistema de salud pública ha garantizado un número de muertes relativamente bajo (poco más de 2000). El Covid, tardado pero seguro, entró a Uruguay, porque la apertura económica era inevitable. Contrasta la situación de Uruguay y Costa Rica, países de dimensiones comparables en cuanto a población, con la de Panamá, con 362 000 contagiados y el doble de muertos que en CR (más de 6 000).
De momento el número de contagios a nivel global se acerca a los 150 millones, un 2% de la población mundial, aunque en el país pico: Estados Unidos, llega al 10%. La tasa de letalidad, sin embargo, sigue siendo baja: la enfermedad ha cobrado la vida de poco más de 3 millones de personas. Desgraciadamente, como en las guerras, las secuelas de la enfermedad en los contagiados y el impacto económico son extremadamente graves.
Las transnacionales farmacéuticas, para hacer negocio, están presentando la vacunación masiva como la alternativa para terminar con la pandemia. No negamos que las vacunas pueden ayudar al desarrollo de “la inmunidad de rebaño”, pero su efectividad está muy cuestionada por no haber superado todavía la fase experimental. Mucho nos tememos que el virus va a seguir expandiéndose (“de forma natural”, mutando) aunque haya más confinamientos y algunos países alcancen niveles altos de vacunación. Los países más pobres van a la zaga de la vacunación, y si el virus muta en ellos nada impide que regrese a donde ya fue “desalojado”.
Si entra a fondo en la India, donde pese al crecimiento “capitalista” que ha tenido este país en los últimos años, la mayor parte de sus 1 300 millones de habitantes siguen viviendo en condiciones de miseria extrema, nos atrevemos a pensar que va a haber pandemia por otro año más y un salto del contagio en toda Asia … y cuidado si no en China también. En los últimos 4 días, han aparecido entre 300 y 400 000 casos diarios en la India, alcanzando casi 17 millones de contagios y cerca de 200 000 muertos.
En resumen: es la fortaleza de la Caja lo que puede garantizar que el Covid no dispare la muerte de los contagiados. NO hay que dejarse asustar por el terrorismo de Salas y su combo, ceder a la atomización social que quiere imponer el gobierno es permitir que estrangulen financieramente a la Institución, que hagan más pobres a los sectores populares y como consecuencia se fortalezca la incidencia del virus. Mientras haya capitalismo, esta no va a ser la última pandemia. Manteniendo medidas de seguridad, tenemos que luchar para defender las conquistas sociales que han hecho un poquito más fuerte a este país para enfrentarse al Covid. El 1° de mayo hay que lanzarse a las calles.
(Foto reciente de la India)