Drones en el Kremlin

Por David Morera Herrera

“La verdad es la primera víctima de la guerra.”

Esquilo de Eleusis¹

Las palabras citadas se remontan a la Grecia antigua, hace 23 siglos y medio. George Orwell, gran escritor y combatiente voluntario en la Guerra Civil Española (1936-1939) popularizó la frase, más vigente que nunca en la era de decadencia del capitalismo imperialista.

El 3 de mayo Moscú acusó al Gobierno de Kyiv de perpetrar un intento fallido de asesinar a Vladimir Putin mediante un ataque con drones contra la cúpula Kremlin en Moscú. Las imágenes televisadas del estallido de dos drones impactaron en todo el mundo.

«Consideramos estas acciones como un acto terrorista planificado y un atentado contra la vida del presidente, realizado en vísperas del Día de la Victoria, el Desfile del 9 de mayo».²

No obstante, el propio Putin estaba a salvo. La agencia de noticias RIA dijo que no estaba en el Kremlin en ese momento y que estaba trabajando el miércoles en su residencia de Novo Ogaryovo en las afueras de Moscú. De inmediato, el expresidente ruso Dmitry Medvedev, subjefe del Consejo de Seguridad de Rusia, dijo que el incidente «no nos deja más opción que eliminar físicamente a Zelenskiy y su camarilla»

Por su parte, tanto el gobierno de Zelensky como Washington negaron de inmediato la autoría del ataque. Las agencias y gobiernos occidentales presumen que Rusia organizó el incidente para culpar a Kiev y justificar algún tipo de respuesta aplastante.

“Lo que sucedió en Moscú obviamente está diseñado para escalar la situación antes del 9 de mayo”, dijo el portavoz presidencial ucraniano, Serhiy Nikiforov. En similares términos se pronunció el asesor presidencial ucraniano, Mikhailo Podolyak, quien no descartó que el ataque haya sido orquestado por grupos rusos opuestos a Putin.

Por su parte, Mick Mulroy, exsubsecretario adjunto de defensa y exoficial de la Agencia Central de Inteligencia yanki (CIA) declaró a la BBC que es “poco probable que se tratara de un intento de asesinato, ya que Ucrania sigue de cerca los movimientos del presidente Putin y él no estaba en Moscú en ese momento.”

Alternativamente, si los informes no fueran precisos, “Rusia puede estar fabricando esto para usarlo como pretexto para atacar al presidente (ucraniano Volodymyr) Zelensky. Algo que han intentado en el pasado”, sentenció Mulroy.³

Imposible descifrar con pelos y señales tan truculento incidente. No podemos aceptar ilusamente una u otra versión. Sea cual sea el origen del ataque, no obstante, podemos inferir que es el banderín que anuncia un giro en la guerra. ¿En qué sentido?

Una vez más sobre la naturaleza y perspectivas de la guerra

En “La Guerra Rusia Ucrania: clave de la situación mundial”, contribución del Comité Central del PRT de cara al II Congreso Mundial de la Liga Internacional Socialista (LIS), publicada el 22 de febrero del año en curso, afirmamos: “(…) más allá de los serios temores de los imperialistas, están forzados a la feroz rebatiña por mercados, recursos y reservorios de fuerza de trabajo cada vez más sobre-explotada; están compelidos a lanzarse a la apuesta de la guerra y poner al borde del precipicio a la humanidad entera. En ese sentido debemos armarnos teórica y políticamente, concibiendo el curso inexorable de la colisión militar entre las potencias. Otra cosa también es ser precisos con los momentos, ritmos, tiempos y modalidades de tal colisión. Así como negar la inexorabilidad de la guerra mundial es un error, sería inversamente erróneo diluir en esa perspectiva general la situación concreta hoy, que debe ser ajustada milimétricamente, día a día, conforme se aceleran los procesos asociados a esta guerra.”

Reafirmando estas consideraciones, es preciso actualizar el estado y el curso de la guerra. Referimos como perspectiva de esta etapa la inexorabilidad de la colisión militar entre las potencias en virtud de la crisis crónica y la disputa feroz por la hegemonía entre los distintos imperialismos. No obstante, es necesario hacer una importante acotación.

En definitiva, lo único que puede frenar la III Guerra mundial y abrir una salida revolucionaria, es la movilización mundial de los pueblos contra la guerra. En primer lugar, el levantamiento del pueblo ruso que detenga la maquinaria bélica de Putin y el levantamiento del pueblo ucraniano que se deshaga de Zelensky, agente de Biden y la OTAN. Sin embargo, la realidad indica que no hay una movilización antiguerra masiva, como sucedió contra la guerra de Viet Nam, e incluso, está lejos de los niveles que alcanzó el movimiento contra la guerra de Irak. Mal que nos pese, no existe aún ese proceso que ate las manos de la feroz escalada guerrerista de los imperialismos.

La otra forma en que se puede cerrar el episodio de la guerra en Ucrania es (al menos coyunturalmente) si los imperialismos logran un acuerdo en la mesa de negociación. No es descartable, hay indicios que hacen plausible esa salida. Pero, incluso si se salda este episodio de la guerra en Ucrania, no se detienen las tendencias hacia la guerra global. Por el contrario, se intensifican, como veremos.

La tan anunciada contraofensiva de primavera

Analistas militares han reiterado que la primavera del 2023 es el momento previsto para una contra ofensiva de Ucrania. La primavera ha llegado y lo que es evidente es el severo desgaste de ambos bandos, empantanados en una larga y extenuante batalla de trincheras, bombardeos y minas terrestres, mientras la población civil sufre enromes penurias y privaciones, tanto en el Donbass (con mayoría rusoparlante), como en el oeste de Ucrania.

Zelensky ha indicado que Rusia está reuniendo sus fuerzas para un ataque, lo que es congruente con el incremento del reclutamiento y la propaganda nacionalista de Putin el 9 de mayo, fecha en la que se realizó una espectacular conmemoración de lo que se denomina el Día de la Victoria en la Gran Guerra Patria. A un año de la invasión rusa, su campaña militar no logró resultados rápidos. Rusia no ha logrado obtener anexiones territoriales significativas, pero todo indica que se acerca una nueva ofensiva contra Bajmut. Sea como sea, Moscú se apropia de la heroica victoria del pueblo soviético contra el nazismo con fines propagandísticos. Putin abona así la narrativa falaz de que la invasión de Rusia en Ucrania tiene como fin erradicar al nazismo ucraniano, que si bien existe, es marginal en relación con la población ucrania que es atacada sin misericordia y cuya soberanía y autodeterminación es pisoteada.

Se intensifica la escalada militar… ¿para negociar?

La OTAN en abril envió a Ucrania más de 300 tanques de combate a la guerra: Challengers británicos, Leopard alemanes y el M1 Abrams estadounidense. Según la cadena yanqui CNN: “Washington está a punto de anunciar un nuevo desembolso de US$ 2.200 millones que incluye por primera vez misiles de mayor alcance, según varios funcionarios estadounidenses. Kevin Liptak y Oren Liebermann, de CNN, informaron que se incluirá en el paquete un misil guiado con un alcance de 145 km llamado “Ground-Launched Small Diameter Bomb. Sin embargo, el arma podría tardar semanas o meses en llegar, ya que Estados Unidos contratará a fabricantes de armas estadounidenses para que se la suministren”.

La cuestión estriba en que el imperialismo yanqui, sus socios y lacayos deben sopesar el riesgo de exacerbar su confrontación con Putin. La condición para el suministro de aeronaves es que bajo ningún motivo impacten al interior de las fronteras rusas colindantes. Por tal razón: “(…) el nuevo paquete no incluirá el misil ATACMS que Ucrania quiere, el cual, con un alcance de más de 320 km. No, dijo Biden cuando se le preguntó esta semana si EE.UU. ofrecería los jets a Ucrania”. ⁴

Disputas internas en el frente ruso

El magnate de la mafia rusa Prigozhin amenazó recientemente amenazó, sobre un campo de cadáveres, con retirar sus tropas mercenarias de la destrozada ciudad de Bajmut, epicentro de los combates, literalmente casa por casa, acusando de inoperancia al Estado Mayor ruso por no suministrar suficientes municiones.

Prigozhin pretende extorsionar al régimen de Putin para imponer en Bajmut a las tropas del dirigente checheno Ramzan Kadirov. Este hecho hace patente públicamente serios forcejeos en el seno de la hasta ahora hermética cúpula de Moscú, particularmente al interior de su poderosa élite militar, más significativo en medio del empantanamiento de la guerra. No es asunto menor, hay que seguirle la pista.

La perdida creciente de credibilidad del corrupto y antiobrero régimen títere de Zelensky, la terrible destrucción de Ucrania, el desplazamiento, hambre y privaciones dela población, los elementos de crisis que empiezan a asomar en la cúpula y en el frente militar ruso, el desgaste y cansancio general a ambos lados del Donbass, nos llevan a no descartar la hipótesis de que el recrudecimiento de la ofensiva militar, está al servicio de forzar el desenlace de la guerra más ventajosa posible, tanto para Moscú, como para la OTAN- Biden- Zelensky.

Paz entre los pueblos, guerra al capitalismo imperialista

“El estado de ánimo de las masas en favor de la paz expresa con frecuencia un comienzo de protesta, de indignación y de toma de conciencia del carácter reaccionario de la guerra. Aprovechar ese estado de ánimo es un deber de todos los marxistas. Ellos participarán con el mayor entusiasmo en todo movimiento y en toda manifestación en ese sentido, pero no engañarán al pueblo dejándole creer que sin un movimiento revolucionario se puede alcanzar una paz sin anexiones, sin opresión de las naciones y sin saqueos, una paz sin gérmenes de nuevas guerras entre los gobiernos de hoy y las clases dominantes en la actualidad. Semejante engaño sólo haría el juego a la diplomacia secreta de los gobiernos beligerantes y a sus planes contrarrevolucionarios. Quien desee una paz firme y democrática, debe pronunciarse en favor de la guerra civil contra los gobiernos y la burguesía”.⁵

Si comprendemos el horizonte de crisis irresoluble del orden/desorden mundial y la inexorable descomposición y virulencia del capitalismo imperialista, podemos apostar que, más temprano que tarde, en virtud de tan indecibles sufrimientos que expone de modo descarnado la guerra, se puede generar un momento anti- guerra de masas. Por lo tanto, la agitación contra la guerra es clave inicial para convertir esta guerra inter- imperialista de saqueo contra Ucrania y avanzar en la irreductible confrontación contra ambos bandidos. Por ello, el papel de la consigna de paz sin anexiones abre el camino para convertir la guerra combinada entre los imperialismos y por la autodeterminación nacional, en una guerra civil de los pueblos avasallados contra sus propios capitalistas e imperialismos dominantes.

En próxima entrega abordaremos cuáles imperialismos hasta ahora lucen ganadores y perdedores en esta guerra, y por qué opinamos que, a pesar de una eventual negociación, subsisten las tendencias y se agravan los vientos de guerra a escala mundial. Anotemos por ahora que lo estratégico en este momento, tanto para Biden como para Xin Jin Ping es la guerra que se prepara por el control del océano Pacífico oriental, con epicentro en la abierta confrontación por el Mar de China.