Ante el giro a la derecha del FA, reagrupemos a la izquierda anticapitalista
Por David Morera
El estilo de gobierno pendenciero y matón del presidente Chaves, sin duda le ha dado réditos en un sector de la población, que así ven reflejada su frustración y enojo. No sólo se identifican con sus desplantes de gamonal, sino que por otra parte, obedecen al descrédito del bipartidismo tradicional (PLN-PUSC) y la profunda decepción con las dos administraciones “progresistas” consecutivas del PAC, especialmente la más nefasta: el gobierno de Carlos Alvarado, que termina pulverizando electoralmente al PAC y le deja la mesa servida a Chaves con la implementación de contrarreformas neoliberales claves; como el congelamiento salarial y presupuestario del sector púbico, vía la Ley Marco de Empleo Público y la Regla Fiscal; a la vez que impuso un muy regresivo Combo Fiscal y, por si su fuera poco, la Ley antihuelgas (Ley Procesal Laboral). Es preciso recordar que, desde la lucha contra el TLC, el Frente Amplio alentó la alianza con el PAC y en la administración Alvarado fue incluso participe de la administración Alvarado, con la participación directa de Patricia Mora como ministra de la Condición de la Mujer.
El giro a la derecha del frente amplio
En las pasadas elecciones municipales dimos un apoyo crítico a las candidaturas del Frente Amplio, con un criterio fundamental: si bien se trata de un partido reformista, era el único en esa contienda electoral que no constituía una opción burguesa para el electorado. Aplicamos esa táctica electoral, pese a nuestras serias discrepancias estratégicas. En el PRT hemos caracterizado al FA como una versión neo- socialdemócrata, abierta permanentemente a alianzas con sectores burgueses, supuestamente progresistas.
No obstante, siendo que el FA en ese momento no había alentado esas alianzas, en Bandera Roja el día 20 de diciembre de 2023 nuestro Comité Ejecutivo manifestó: “(…) En la actual coyuntura es fundamental buscar la más amplia unidad de acción en lo que corresponde a las coincidencias que tenemos para enfrentar la arremetida neoliberal que encabeza el gobierno nefasto de Chaves y en general contra todos los partidos burgueses, que por más demagogia electoral que hagan para diferenciarse, coinciden en la agenda antipopular del gobierno”.
Resaltamos que teníamos importantes coincidencias con el FA en aspectos relacionados con la resistencia a la ofensiva del gobierno de Chaves: defensa de la CCSS, contra la jornada 4 x 3 (12 horas diarias) y saludábamos el proyecto del FA por la disolución de la Dirección de Inteligencia y Seguridad (DIS). Pero, seguidamente también señalábamos con meridiana claridad: “(…) Manifestamos que es un apoyo crítico, porque nuestro llamado a votar por el FA no obvia que discrepemos en aspectos estratégicos y programáticos de fondo que hacen a nuestra postura radicalmente anticapitalista. Por ejemplo, llamamos a examinar en el FA el apoyo a los presupuestos, que incluyen, en algunos casos, recortes para esos mismos servicios públicos, o incrementos de recursos para las fuerzas represivas. Asimismo, llamamos a las compañeras y compañeros del Frente Amplio a no apoyar con sus votos en la Asamblea Legislativa la continuidad de deuda externa con las garroteras como el FMI, Banco Mundial, BID o BCIE. De nuestra parte, nos pronunciamos por el no pago de la deuda externa, pues es una estafa impuesta por los organismos financieros imperialistas, diseñada para succionar recursos y deteriorar los servicios públicos. Con el FA estuvimos en la batalla común contra el TLC con Estados Unidos, los llamamos a impulsar la ruptura con ese tratado colonialista, que ha permitido la profundización sin precedentes del ataque neoliberal a nuestro pueblo. Por último, también es preciso enfatizar la urgente necesidad de dar tierra para quien la trabaja, promoviendo una reforma agraria profunda, deteniendo la expansión de los latifundios y agroindustrias que sobreexplotan a los peones agrícolas nacionales y migrantes y destruyen el ambiente, tales como las piñeras y bananeras.”
Pues esa táctica electoral puntual que dimos de cara a las elecciones municipales, queda absolutamente desfasada hoy, a partir del giro a la derecha cada vez más profundo que experimenta la cúpula del FA y el grueso de su fracción parlamentaria. En lugar de radicalizarse hacia la izquierda para enfrentar la arremetida chavista, hoy el FA hace todo lo contrario, abonado así, a la larga, el corrimiento del escenario político hacia la derecha. El FA en su lenguaje, sus acciones y su política da ese viraje, además, bajo el supuesto de ser más potable al electorado. Lo más grave y condenable a nuestro criterio, es el acomodamiento de su fracción parlamentaria a las presiones injerencistas del imperialismo yanqui, tanto en el suelo nacional, como de cara a ala política exterior, como detallamos más adelante.
Es un fenómeno mundial que asola a buena parte del llamado “progresismo” en América Latina, que se vuelve, para colmos, cada vez más proimperialista yanqui. Ejemplos claros son Arce en Ecuador, Boric en Chile y Lula en Brasil. El otro polo, en el que se divide hoy lo que fue el llamado “progresismo” latinoamericano, son Maduro en Venezuela, Ortega en Nicaragua y Díaz Canel en Cuba, que ante el asedio del imperialismo yanqui, que busca reconquistar esos países, refuerzan sus rasgos cada vez más autoritarios, antiobreros y antipopulares, son o se transforman paulatinamente en semicolonias de los nuevos imperialismos que disputan la hegemonía estadounidense: China y Rusia. Esta crisis y desgajamiento de lo que otrora fue el bloque progresista, como veremos también a continuación, se refracta al interior del Frente Amplio.
El FA se corre al centro: ¿para enfrentar a la derecha?
Posterior a las elecciones municipales y haciendo cálculos de cara a las elecciones nacionales del 2026, en fecha 12 de junio del 2024, el diario La República informa que el PAC y el Frente Amplio ya analizan una coalición “progresista” para frenar la visión neoliberal y “populismo” de Rodrigo Chaves. Sin sacar lección alguna del desastre consecutivo de los gobiernos precedentes del PAC, la cúpula del FA apuesta por revivir el cadáver político del PAC, bajo su recurrente sueño de la alianza policlasista con la burguesía progre. En el artículo citado se indica: “(…) Los dos partidos reconocen que el presidente Rodrigo Chaves tiene un amplio respaldo político y por ello, algún allegado a él, podría continuar con su propuesta política, la cual, es considerada “antidemocrática, chabacana y populista” por esas dos agrupaciones”. Patricia Mora, presidenta del Frente Amplio agrega con respecto a su interlocutor político: “(…) El PAC ha agrupado a sectores enormemente valiosos de la progresía de este país, con los que libramos la batalla contra el TLC. Hay una historia pasada en la que supimos ponernos de acuerdo y ahora debemos unirnos para detener esta arremetida contra el Estado de derecho”.
Para que no quede duda de este viraje del FA, el lunes 20 de enero el mundo.cr informa: “El jefe de fracción del Frente Amplio, Antonio Ortega, aseguró que el Frente Amplio se corrió al centro del espectro ideológico nacional ante la ultraderecha más reacia que representa el presidente de la República, Rodrigo Chaves. (…)” Ante la arremetida de Chaves y lo que denomina la ultraderecha más reacia, Antonio Ortega indica que ello: “(…) algunos en honor a la verdad que estaban a la derecha, al ver esta gente desmantelando el país hacia la derecha, se devolvieron hacia el centro” (…) Entonces, eso es una cosa que decimos entre broma y broma, los que estamos en la izquierda nos corrimos hacia el centro y los que estaban en la derecha se corrieron al centro y ahí nos volvimos a topar, o nos estamos encontrando”, concluyó.
El FA frente al imperialismo yanqui
Todo lo demás podría parecer retórica, pero dónde la cúpula del FA y la mayoría de su fracción parlamentaria ha cruzado una línea roja es con relación a su capitulación frente al imperialismo yanqui, el principal verdugo y opresor de nuestros pueblos latinoamericanos. Veamos el comportamiento de su fracción parlamentaria frente a la ley de extradición, el permiso de ingreso de militares estadounidenses al suelo nacional y apoyo al títere yanqui en Venezuela.
El 22 de julio del 2024 publicamos en Bandera Roja una “Carta Abierta al Frente Amplio”, en la que instamos a rechazar la tramposa extradición a los Estados Unidos, por delitos de narcotráfico y terrorismo, instrumento intervencionista, violatorio de nuestra soberanía nacional. No solamente no hubo respuesta alguna (como es usual en el FA), sino que su fracción terminó apoyando ese nefasto proyecto, que ya es ley. Bajo las leyes de Estados Unidos sobre lo que cataloga “terrorismo”, no es descartable para nada que se persiga y se extradite a compañeras y compañeros, por ejemplo, por la solidaridad activa con la resistencia palestina, que el imperialismo yanqui consideras en su conjunto “terrorista”.
Profundizando ese curso entreguista, Delfino informa el 3 de diciembre del 2024: “El plenario de la Asamblea Legislativa aprobó este martes el permiso para el atraque, permanencia en puerto y desembarque de las tripulaciones de las embarcaciones del gobierno de los Estados Unidos que estarán desarrollando operaciones antinarcóticos en apoyo al Servicio Nacional de Guardacostas y demás autoridades del país durante todo el 2025. La solicitud, que se tramitó bajo el expediente 24.735, fue aprobada con 40 votos a favor y 1 en contra, sin que ningún diputado o grupo parlamentario hiciera uso de la palabra. La única que votó en contra fue la diputada Rocío Alfaro Molina, del Frente Amplio, quién a diferencia de sus compañeros, decidió mantener la posición histórica que ha tenido ese partido de votar en contra ese tipo de permisos por tratarse de embarcaciones artilladas. El resto de la bancada del FA no justificó la razón por la que, en esta ocasión, votaron a favor del permiso.”
La gota que colma el vaso es el reconocimiento de la legitimidad de Edmundo González como presidente de Venezuela, que es aprobada en el plenario por seis diputados del FA, salvo la honrosa excepción de Rocío Alfaro. Especialmente bochornosos fue observar a diputadas y diputados del FA estrechar la mano y tomarse la foto junto al títere venezolano del imperialismo yanqui.
Nos podrían preguntar: ¿pero acaso el PRT no tiene una posición muy crítica del régimen de Maduro. Así es. Pero lo hacemos desde la perspectiva de la izquierda anticapitalista y el movimiento obrero y popular. Si no entendemos que la pugna en Venezuela está cruzada por el conflicto entre los distintos imperialismos, perdemos de vista cómo se desenvuelve el proceso venezolano. En la Liga Internacional Socialista y su sección venezolana: Marea Socialista, jamás pretendemos cambiar al régimen de Maduro, por un gobierno entregado al imperialismo yanqui, que representa Edmundo González y su burguesía “rabiblanca”.
Es por ello que, a pesar de las discrepancias, saludamos plenamente la postura digna de Rocío Alfaro en los dos casos ya mencionados.
Es preciso reagrupar a la izquierda anticapitalista
Es un secreto a voces que la cúpula del FA en su desplazamiento hacia la derecha apuesta por una coalición “anti-Chaves”, sin ningún sentido de independencia de la clase trabajadora, sino muy por el contrario, adaptándose programática y políticamente a sus apetecidos aliados con acuerdos mínimos, como ha manifestado Jonathan Acuña, diputado y secretario general del FA.
Sabemos que hay bases luchadoras y honestas dentro del FA que discrepan de ese giro cada vez más oportunista del FA. También hay una izquierda trotskista, y anticapitalista en general, muy dispersa y fragmentada.
Para el PRT en esta coyuntura, más allá de los fuegos de artificio electorales, se requiere hacer ingentes esfuerzos por reagrupar una nueva izquierda anticapitalista, antiimperialista consecuente y combativa, para bregar juntos en las diversas luchas sociales. Es ese el camino, y no el acomodamiento y retroceso frente a la ofensiva de la derecha, a escala nacional y mundial.