¡Basta ya de crímenes políticos en Honduras!
El asesinato de Felix Vázquez, dirigente indígena, ecologista e indígena Hondureño se suma a la larga lista de crímenes impunes de dirigentes comunales en el país centroamericano
Condenamos el asesinato impune de líderes indígenas, campesinos y ambientalistas en Honduras
Responsabilizamos al gobierno de Juan Orlando Hernández y exigimos al gobierno de Costa Rica que rompa relaciones con la narcodictadura
Los horrendos crímenes de estos días se suman a la larga lista de crímenes impunes de líderes comunales durante los últimos diez años
Comité Central, Partido Revolucionario de las y los Trabajadores
El pasado sábado 26 de diciembre cuatro hombres encapuchados y vestidos de militares ingresaron a la casa del dirigente indígena y campesino Félix Vázquez, en La Paz, Honduras y lo mataron a tiros. Vázquez era líder indígena, Secretario General de la Unión de Trabajadores del Campo (UTC) y era parte de la Coordinadora indígena y Campesina Defensora de Tierra, Territorio y Bienes Comunes de la región Centro occidente.
No es posible no relacionar el crimen atroz del sábado pasado con las empresas extractivistas que intentan realizar megaproyectos. Félix Vázquez se oponía a las compañías hidroeléctricas y mineras que pretenden desarrollar proyectos extractivistas en la Zona de Reserva El Jilguero, en donde unas 300 familias indígenas se oponen al desarrollo de proyectos en sus comunidades.
El lunes 28 de diciembre, mientras la ONU condenaba el asesinato de Vásquez, asesinan, cuando regresaba de trabajar la milpa, a Adán Mejía de la comunidad Tulupán de Candelaria, Yoro, por defender las tierras comunitarias que quieren apropiarse los terratenientes locales.
Así es encontrado el cuerpo ya sin vida de Adán Mejía, dirigente comunal de Tulupán de Candelaria
Los horrendos asesinatos de finales de diciembre de 2020 se suman a la gran cantidad de crímenes en contra de dirigentes ambientalistas, indígenas y campesinos ocurridos en Honduras durante la dictadura encabezada por Juan Orlando Hernández (JOH) que gobierna con mano de hierro y favoreciendo oscuros intereses desde el año 2014. Hay que recordar que el 28 de junio de 2009 hay un golpe de Estado en Honduras en donde es destituido el presidente Manuel Zelaya, del Partido Liberal y se coloca en su lugar al presidente del congreso Roberto Micheletti, del Partido Nacional y posteriormente, se convoca a elecciones en donde gana el candidato del Partido Nacional Porfirio Lobo. Desde el golpe de Estado ninguna elección en Honduras ha sido transparente. Este es el segundo gobierno consecutivo de JOH, quien gana con unas elecciones claramente fraudulentas en noviembre de 2017, y el cuarto gobierno del Partido Nacional, consecutivo, desde el golpe.
Al asesinato de la lidereza indígena y ambientalista Berta Cáceres, quién ganara el premio medioambiental Goldman, es de los casos más connotados. Sin embargo, según un reporte de Global Witness de enero de 2017, “no hay ningún lugar en el que sea más probable morir asesinado por enfrentarse a las empresas que acaparan la tierra y destruyen el medio ambiente que en Honduras”. Según el mismo reporte, en ese momento, un poco menos de un año después de la muerte de Cáceres, entre 2010 y 2017 habían muerto unas 120 personas que se opusieron a proyectos extractivistas: minas, hidroeléctricas, plantaciones forestales, entre otras. En un reportaje más reciente, en marzo de 2020, Global Witness contabilizaba 27 nuevos asesinatos, desde el crimen de la afamada ambientalista, solo en el 2019 hubo 12 crímenes de este tipo.
Al igual que en situaciones anteriores, tanto en el caso de Vásquez como en el de Mejía, existieron denuncias previas, desde hace meses, de que los dirigentes estaban siendo perseguidos y amenazados. La impunidad se explica con los vasos comunicantes que hay entre altos funcionarios del gobierno, las compañías extractivistas y los grupos delincuenciales. No vamos a profundizar sobre los vínculos con el narcotráfico, basta recordar que el hermano del dictador, “Tony” Hernández, fue declarado culpable en un tribunal de Estados Unidos por cargos de narcotráficos en octubre de 2019. Las relaciones y los vínculos de importantes personalidades políticas y miembros del gobierno dictatorial son también bastante claros. Por ejemplo, Alfonso Martínez del Consejo Indígena Lenca Ambiental de Honduras (CILAH) señala que la actual diputada del Partido Nacional, Gladis Aurora López, compra las concesiones en el departamento de La Paz para luego revenderlas a compañías extractivistas transnacionales, como ya ocurrió con la represa hidroeléctrica del municipio de San José de la Paz.
Es claro que la persecución, el amedrentamiento y los asesinatos de lideres sociales comunales, rurales, indígenas y ambientalistas no se detendrán bajo el régimen corrupto de la narcodictadura. En estas circunstancias, frente a la corrupción y compadrazgo del gobierno con grupos corruptos y criminales de distinto tipo, solo la organización del pueblo y la clase trabajadora puede detener el estado fallido hondureño, organizando autodefensas del pueblo y la clase trabajadora.
Llamamos a rodear de solidaridad al pueblo hondureño en estas difíciles circunstancias, organizando movilizaciones de denuncia, de solidaridad y de apoyo. Le exigimos, nuevamente, al gobierno de Carlos Alvarado que rompa relaciones de una vez por todas con un el gobierno corrupto y criminal de Juan Orlando Hernández.
Solidaridad internacional con la clase trabajadora, las organizaciones ambientalistas, indígenas y campesinas que luchan por el respeto a las tierras comunales y los ecosistemas
Fuera el narcodictador Juan Orlando Hernández
Viva el pueblo de Honduras
Solo el pueblo salva al pueblo