Contra el acuerdo con el FMI: ¡Hay que volver a las calles!
Organizar a la clase trabajadora y al pueblo para la lucha
No es una propuesta del gobierno del PAC, es una imposición del FMI y del gran capital
Nos hunden en la miseria: Urge un encuentro popular para organizarnos para la lucha
Por Comité Central, Partido Revolucionario de las y los Trabajadores
El pasado 17 de septiembre el gobierno presentó su propuesta de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). El documento de 68 páginas presenta una serie de medidas que vendrían a empobrecer aún más al pueblo y a los sectores populares. En este artículo vamos a poner el acuerdo en contexto y llamar la atención sobre las cuestiones políticas fundamentales.
Lo primero que hay que apuntar es que esto que está ocurriendo ahora no lo podemos desligar del paquetazo fiscal, que se aprobó en diciembre de 2018 con el contubernio del gobierno del PAC y las cámaras empresariales, así como la mayoría de las bancadas legislativas, de la Sala Cuarta y la Corte Suprema de Justicia, que autorizó que los nuevos impuestos se votaran con mayoría simple y no por mayoría calificada, como reza muy claro la Constitución Política. La imposición del paquetazo fiscal en 2018 fue un engaño tan grande como la estafa de la imposición fraudulenta del TLC en el 2007. En medio de esa discusión se destapó que muchas de las grandes empresas del país defraudan al fisco a vista y paciencia del Ministerio de Hacienda, que no hace nada por cobrarles (por supuesto que, en muchos casos, porque son de los mismos y se tapan con la misma cobija, son varios ya los Ministros de Hacienda que han tenido que renunciar porque se han destapado enormes chorizos) o que muchas grandes empresas, del tamaño de la Cervecería, Movistar, Claro, AM.PM.., Scotiabank, entre otras, habían estado declarando durante años que no tenían ganancias, para evadir el pago de los impuestos que les corresponden.
En ese momento advertimos que el paquetazo fiscal era injusto, porque cargaba los impuestos sobre las espaldas del pueblo, sobre la clase trabajadora y, no solo no le cobraba nuevos impuestos a las grandes empresas y los grandes capitales, sino que le hacía graciosas concesiones, como perdonarles a estas grandes empresas multimillonarias sumas adeudadas al erario. Pero advertimos también que el paquetazo fiscal era una trampa, porque no solucionaba en los más mínimo el problema de la deuda, que, en ese momento, según los mismos datos del gobierno llegaría al 7,2% del Producto Interno Bruto (PIB), y lo que se recaudaría con los nuevos impuestos, en los cálculos más optimistas no llegaba al 2,5 % del PIB. Algunos economistas burgueses, ya empezaban a “cantar” lo que venía: como los nuevos impuestos no serían suficientes, se iba a requerir aumentar el IVA hasta un 16% y también iba a ser necesario la venta de los activos del Estado para pagar deuda.
Por esto, lo que ocurre ahora no es una sorpresa, es parte del plan de la gran burguesía. Lo que probablemente es diferente es la urgencia de las medidas, es posible que estas medidas estuvieran pensando diluirlas en el tiempo, a sabiendas de que la crisis persistiría, esperaban ir aplicando las medidas poco a poco, para evitar el malestar en la población. Ante la crisis sanitaria, el gobierno del PAC se ve obligado a apurar las medidas antipopulares en su gobierno, porque efectivamente la crisis sanitaria mete una presión presupuestaria que no estaba calculada, aunque hubieran preferido pasarle la papa caliente al próximo gobierno.
Como hemos insistido también, la crisis económica no es producida por la crisis sanitaria, la crisis económica es una crisis económica del sistema capitalista mundial, que inicia en el 2008 y que no se acabará pronto. La crisis sanitaria ha venido a catalizar la crisis, a acelerar procesos, la profundización de la crisis económica se daría de todas formas, pero de manera más lenta. La crisis sanitaria obliga al gobierno del PAC a “pegar carrera”, a pesar del intento de volver a ponerse la careta “progre”, el gobierno no puede colocarse su disfraz, tiene que seguir avanzando, mostrando su verdadero rostro: el rostro de un grupo servil al servicio del gran capital.
Hay que entender que, a pesar de que tienen disputas y diferencias, la gran burguesía (las grandes empresas, la gente millonaria de este país) tiene un plan. Es claro cuando vemos el tesón de las cámaras empresariales y las familias de abolengo costarricense por entrar a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), una especie de club de países ricos. Es claro también cuando se leen los documentos “de recomendaciones” de la OCDE para Costa Rica, de la época de la negociación del paquetazo fiscal y posteriores.
También es claro que, esta hablada del gobierno de que tiene una propuesta y que, además, de manera ridícula pretende tratar de convencernos de que se hizo a través de una consulta popular, es una pose impresentable. El acuerdo con el FMI se negoció tras bambalinas, es más, debe haberse empezado a negociar hace rato ya. Hay que decirlo fuerte y claro: ESTO NO ES UNA NEGOCIACIÓN, es una imposición del FMI, no es una tabla de salvación, como lo propagandiza el gobierno, es una soga en el pescuezo de la clase trabajadora y los sectores populares costarricenses.
El FMI a través del gobierno del PAC quiere imponernos, entre otras, las siguientes medidas:
- Férrea aplicación de la regla fiscal, ya aprobada en el paquetazo fiscal, para hacer recortes automáticos del presupuesto de las instituciones públicas; esto implicará menos dinero para salud, educación pública y para las ayudas sociales, en medio de las consecuencias de la crisis sanitaria y económica. Implica también el congelamiento salarial para todas y todos los empleados del sector público.
- Aprobación del nefasto proyecto de Ley de Empleo Público, al cual ya nos hemos referido y al que nos referiremos nuevamente en otro artículo.
- Cierre, fusión o posible riesgo de desfinanciamiento de órganos desconcentrados, lo cual debilita nuevamente los servicios sociales. Entre las instituciones que están amenazadas están Consejo Nacional de Préstamos para la Educación (CONAPE), la Comisión Nacional de Vacunación y Epidemiología (¡en medio de la pandemia!), el Consejo Interinstitucional de Atención a la Madre Adolescente, Consejos de investigación, Casas de la Cultura, el Régimen de Invalidez Vejez y Muerte de la C.C.S.S., la Comisión Nacional de Emergencias (CNE), entre muchos otros. Todas estas propuestas, aunadas a la propuesta de movilidad laboral de 7.000 empleados públicos, no puede provocar otra cosa que un debilitamiento de instituciones públicas importantes, en momentos en donde se debería estar fortaleciendo muchas de estas instituciones para garantizar una adecuada atención de la emergencia.
- Aumento de impuestos de entre un 2.5% y un 10% a las utilidades y a los salarios, esto es adicional, a los impuestos que ya existen.
- Impuesto a los bienes inmuebles, es decir, a las propiedades, el cual aumentaría en un 200%. Actualmente se paga un impuesto territorial municipal de 0.25% sobre el valor de la propiedad, el gobierno del PAC propone aumentar el impuesto a 0.75%, ese 0.50% adicional iría a la caja única del Estado.
- Venta de empresas estatales, por el momento el gobierno del PAC propone vender (prácticamente regalar) la Fábrica Nacional de Licores (FANAL) y el Banco Internacional de Costa Rica (BICSA) y tierras ociosas del Estado.
- Impuesto del 0.3% a todas las transacciones financieras (ya sean pagos electrónicos, retiros de cajero electrónico, cambio de cheques o retiros bancarios).
En el PRT nos oponemos a todas las medidas y aumentos de impuestos anteriores, con excepción del aumento del impuesto a las utilidades. Nos oponemos al debilitamiento del Estado, cuando más bien se debería estar impulsando un plan de obras públicas para paliar la crisis y dar empleo a los cientos de miles de familias que quedaron desempleadas por la pandemia. Nos oponemos a la venta de activos del Estado porque cuando la burguesía pide a gritos la venta de activos en realidad lo que quieren es comprarlas. Es importante apuntar que con la venta de FANAL y BICSA y las tierras el Estado estaría recaudando, por una única vez, un monto de apenas 0.57% del PIB, es decir, no resuelve nada o casi nada. Es claro que algunos de estos elementos de este planteamiento del PAC pueden ser un teatro y que estén más bien aplanando el terreno para plantear ventas de activos más jugosos, como la telefonía del ICE, las compañías eléctricas del Estado o el Instituto Nacional de Seguros. Los mismos que exigen venta de activos estatales al mejor postor son los que se niegan como “gato panza arriba” a pagar impuestos a las colosales utilidades de la banca, son los mismos que también rechazan el impuesto sobre la renta, los mismos que quieren arrebatar los derechos de la clase trabajadora y todo el pueblo: la UCCAEP y demás cámaras patronales.
Desde la discusión del paquetazo fiscal está claro que la solución al déficit financiero del gobierno pasa por eliminar la elusión y la evasión fiscal, que, según datos del mismo gobierno, llegaba al 8% del PIB.
Desde el PRT hacemos las siguientes propuestas al movimiento obrero y popular:
- Oposición tajante al acuerdo con el FMI, el país no necesita nuevas deudas, menos de las que propone el FMI que siempre vienen condicionadas.
- Apertura del secreto bancario para que el Ministerio de Hacienda pueda fiscalizar realmente los ingresos de las grandes empresas que eluden o evaden impuestos con total impunidad.
- Que la crisis la paguen los ricos. Ni un colón más de impuesto para los sectores populares y la clase trabajadora. Impuestos al gran capital para financiar obras públicas y ayudar a los sectores populares más golpeados por la crisis.
- Impuestos a las zonas francas. Las empresas de zona franca que decidan retirarse por el cobro de impuestos serán expropiadas y se echarán a andar con los mismos trabajadores y trabajadoras que trabajan en la empresa.
- Con la puesta en cintura de los grandes evasores y elusores del fisco y la seguridad social crear un fondo para seguro de desempleo, servicios de salud para la gente más empobrecida y para vivienda digna de los sectores populares que no pueden seguir pagando alquiler por la crisis.
Hacemos un llamado a todas las organizaciones sindicales, populares, de mujeres, juveniles, estudiantiles para preparar un gran encuentro popular para discutir estas y otras propuestas, así como definir un plan de acción para expulsar al FMI y a quienes los trajeron. La gran burguesía, el gran capital si tienen un plan. Necesitamos un plan para el pueblo, un plan revolucionario, para organizarnos y dar la pelea como es debido.
¡Ni un colón más de impuestos para el pueblo y los sectores populares!
¡Qué paguen los ricos y el gran capital!
¡Fuera de aquí el FMI!
#QuePaguenLosRicos