Cuba no debe volver al redil del imperialismo yanqui
Por eso reclamamos libertades democráticas para los trabajadores y los luchadores socialistas
Por Manuel Sandoval
Don Freddy Miranda hace un comentario sobre la revolución cubana en Facebook que concluye así: “Decir que Cuba sería un paraíso de desarrollo si comerciara con los Estados Unidos, es un contrasentido, algo así como una afirmación contra revolucionaria, porque sería aceptar que si el Imperio Yanqui ellos no son nada. No son los Estados Unidos, el problema es la dictadura de partido único y un sistema económico productor de miseria lo que transformó a Cuba en un pordiosero internacional absolutamente dependiente y con un pueblo sin libertad alguna.”
Cuando don Freddy dice que en Cuba hay un sistema económico productor de miseria distorsiona el desarrollo histórico. La expropiación de la burguesía y un impulso igualitario y solidario que impuso el movimiento de masas en los primeros años de la revolución garantizó niveles de educación, salud y desarrollo social que no existían en ningún otro país de Latinoamérica. Sin la expropiación de la propiedad burguesa e imperialista, Cuba sería hoy día un prostíbulo como República Dominicana y sufriría de todos los males que están hundiendo a Costa Rica.
Cuba, sin embargo, está retrocediendo por una ley histórica que explica también la restauración del capitalismo en la ex-URSS, el Este de Europa y China-Viet-Nam: sobre la base del atraso no es posible construir una sociedad socialista. Máxime cuando se trata de una isla sin muchos recursos naturales que quedó bloqueada por la potencia imperialista más poderosa del Planeta.
Otra sería la historia, sin embargo, si la revolución cubana se hubiera extendido al Cono Sur, a Centroamérica y los Andes. El Ché lo entendió y con una estrategia equivocada (con el foco guerrillero) trató de darle respiro a la Revolución Cubana. No fue ésta, sin embargo, la estrategia de la dirección castrista, que bajo la presión de la burocracia soviética impuso un régimen burocrático y una estrategia de mantener un status quo con el imperialismo.
-“Nicaragua no debe ser una segunda Cuba”. Estuvimos en la Plaza de la Revolución en Managua el 19 de julio de 1980, cuando Fidel señaló a los Comandantes Sandinistas que debían reconstruir un estado burgués en Nicaragua y evitar expropiar a la burguesía, como en Cuba. Los comandantes sandinistas siguieron esta orientación y las guerrillas centroamericanas terminaron rindiéndose e integrándose al estado burgués de fachada democrática que salió de los acuerdos de paz. 40 años después Centroamérica sigue sumergida en la miseria y la explotación más salvaje de los sectores populares, con los Ortega y los comandantes guerrilleros de otros países convertidos en capitalistas, presidentes y parlamentarios respetables y tan corruptos como el resto de los políticos de la burguesía. Hasta Costa Rica, que tuvo un desarrollo particular, en medio de la descomposición capitalista a nivel internacional se acerca rápidamente al abismo de barbarie del resto de Centroamérica. Nos atrevemos a decir que no va a pasar mucho tiempo, antes que decenas de miles de compatriotas se lancen en masa a cruzar el río Bravo.
Cuba, por su parte, sigue retrocediendo por el bloqueo, y la respuesta represiva del régimen al descontento popular expresa los procesos de desigualdad que están en curso y una mayor corrupción dentro de la burocracia estatal con la apertura de la Isla al capital imperialista. El fin del bloqueo aliviaría la asfixia económica, pero como don Freddy señala no es una solución milagrosa, porque puede acelerar las tendencias procapitalistas en sectores cuentapropistas y del aparato del estado. En el pueblo cubano, sin embargo, hay grandes resabios de la conciencia solidaria y antimperialista que generó la revolución. Por eso exigimos que cese la represión a las protestas populares y se garanticen libertades democráticas a los luchadores socialistas.
El imperialismo quiere “democracia” para que sus agentes garanticen que la Isla vuelva a ser una semicolonia, sometida al saqueo imperialista. Nosotros, por el contrario, reclamamos democracia para los trabajadores y los luchadores socialistas a fin de que puedan defender las conquistas que quedan de la Revolución. La salida de fondo será, sin embargo, que nuevamente los pueblos latinoamericanos se acerquen a la revolución y le tiendan la mano a Cuba, que tiene mucho que aportar.