EL ASESINATO DE JERHY RIVERA

23/02/2020
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Por Miguel Barrios

Los grupos más sensibles y organizados de nuestra población, nos sentimos muy dolidos y a la vez muy indignados, por el nuevo asesinato cometido por los sikuas, o ladrones de tierras indígenas en la zona sur de Costa Rica. Estos ladrones de tierras se sienten envalentonados porque saben que tienen cómplices en el gobierno de la República porque no actúa, y no manda a los Tribunales de Justicia a aplicar las leyes como corresponde.

La ley indígena explica que sus tierras no pueden ser vendidas ni compradas, y cualquier comerciante de tierras que le ofrezca dinero a un indígena por su tierra, YA ESTÁ COMETIENDO UN DELITO, y si el indígena, agobiado por sus problemas económicos hace el trato y recibe el dinero, aunque firme un documento, ESTE DOCUMENTO NO SERÁ VÁLIDO ante el Registro de la Propiedad, pues el indígena no puede vender terreno, ni el sikua puede comprarlo. Estas regulaciones en favor de los pueblos indígenas deben ser protegidas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), y por el gobierno de la República, pero parece que los intereses de clase hacen que estas leyes sean silenciadas para proteger a sus amigotes que posiblemente los financiarán después en sus campañas electorales. 

A propósito de corrupción y arreglos internos entre la clase dominante, quiero hacer una pregunta: y me disculpan mi francés, pero ¿¡qué diablos hace la CIDH en Costa Rica!? ¿Quién dispuso que fuera precisamente en Costa Rica la sede de la CIDH? ¿Y de qué nos sirve? La CIDH bien podría estar en Constantinopla o en Mesopotamia, que a nosotros los pobres en Costa Rica no nos serviría para un carajo.


Aquí asesinaron hace casi un año a Sergio Rojas, un valioso activista por los derechos de los indígenas y sus tierras en el sur de Costa Rica, y fue mandado a matar por los terratenientes, y hasta la fecha, hace ya casi un año, las “flamantes” autoridades judiciales no dan todavía ninguna pista para saber quién lo asesinó, o quién lo mandó a asesinar. Y vuelvo con mi pregunta: en esto, ¿qué pitos toca la CIDH? ¿De qué o en qué nos beneficiamos el pueblo pobre costarricense de que la sede de la CIDH esté en Costa Rica? 

Ahora, antes de que se cumpla un año del asesinato de Sergio Rojas, sin que esté gobierno inútil y prepotente de Carlos Alvarado le expliqué al pueblo de Costa Rica quién fue el que lo mandó a matar, ASESINAN A JERHY RIVERA, otro valioso dirigente indígena, que luchaba precisamente porque se respeten las leyes Internacionales sobre los derechos de las comunidades indígenas en Costa Rica y el mundo. ¿Y la CIDH en Costa Rica?
¡¡Ah, muy bien, gracias!!


Si yo fuera hoy presidente de la República de Costa Rica, cambiaría, o mandaría a cambiar todo el personal administrativo, incluyendo desde guardias, secretarios y secretarias, fiscales y jueces de la Corte Suprema de Injusticia de Buenos Aires de Osa, así como también todo el personal de Pérez Zeledón, y los pasaría a otros lugares del país, en donde no hubieran comunidades indígenas, pues tenemos serías sospechas de xenofobia, de intereses de clase y amiguismos, que pueden inclinar la balanza siempre a favor de los ladrones ilegales de tierras, y en contra de nuestros sufridos pueblos indígenas.
Canal Siete tiene bastante culpa en esto, por estar azuzando a los ladrones de tierras indígenas, lógicamente por intereses de clase, y sin dar el necesario derecho de respuesta.
La lucha no termina aquí, seguiremos bregando porque los asesinos y sus cómplices vayan a la cárcel, como corresponde en un país que se jacta de ser “democrático”.