¿El fin del salario mínimo?
NO SÓLO ESTÁ DESAPARECIENDO EL SALARIO MÍNIMO, LAS PRESTACIONES TAMBIÉN
Por Manuel Sandoval
En una nota anterior, señalábamos que con la desaparición del salario mínimo, gracias a la reducción de la jornada de 8 horas, estaba habiendo un boom exportador en la piña y el banano. Cuando se completan las faenas del día, o cuando llueve, al trabajador se le envía para la casa, y se le paga sólo por las horas laboradas hasta ese momento, con una importante economía para los empresarios, que implica una reducción brutal del salario, en algunos casos hasta de la mitad de lo que se ganaba antes. Cuando los patronos necesitan que se laboren “horas extras”, las pagan como horas corrientes para que se completen las horas de la semana conforme al salario mínimo. Todo, por supuesto, con la venia del Ministerio de Trabajo, muy comprensivo por los problemas generados por la pandemia a empresarios con un régimen tributario de privilegio. (Recordemos que tributan centavos de dólar por caja de fruta exportada).
Los datos que está dando el Ministerio de Comercio Exterior está confirmando esto que decimos. Pese al estancamiento del sector servicios (call centers y otras actividades), las exportaciones costarricenses crecieron globalmente un 1,9%, alcanzando 11 683 millones de dólares. La venta de dispositivos médicos en las zonas francas aumentó un 8%, el sector agrícola un 2% y la industria alimentaria un 7%. Más importante, sin embargo, es tener presente que los dispositivos médicos dan cuenta del 34% de las exportaciones, el banano del 9% y la piña del 8%.
Estos datos no disminuyen el impacto del golpe económico que recibió el país con el confinamiento, como intenta hacer el mago del Banco Central, don Rodrigo Cubero, con las cifras amañadas que presentó sobre el PIB del año pasado para mejorar la imagen de CR en medio de las negociaciones con el FMI. El tipo de crecimiento económico basado en estas exportaciones, casi no tiene “encadenamiento” con el resto de la estructura productiva del país; lo que más le deja a la economía nacional son salarios, porque la tributación es mínima gracias a las exoneraciones y los regímenes tributarios especiales. Ahora que con la reducción de las jornadas laborales lo que están pagando los empresarios bananeros y piñeros son verdaderos salarios de hambre, sólo le está quedando POBREZA al país y daño ambiental grave.
No se crea el lector que es sólo en el sector agroexportador que los empresarios están haciendo clavos de oro. La reducción de jornada llegó a las fábricas y donde hay despidos, las/los trabajadores están siendo sobrecargados de trabajo. Con la venia del Ministerio de Trabajo, además, el pago de las prestaciones se está esfumando. Hace un rato, tuve chance de conversar con algunos obreros que están arreglando la casa del vecino y me contaron casos impresionantes de complicidad del Ministerio de Trabajo con los empresarios. Baste mencionar dos casos.
Alegando la pandemia, a un trabajador de una empresa conocida, que no parece tener problemas, el Ministerio de Trabajo le pactó un pago mensual de 50 000 colones de los 3,5 millones de colones que el patrono le adeuda por las prestaciones. En otro al trabajador lo presionaron para que aceptara 2,5 millones de los 4 que le tenía que pagar el patrono. Los funcionarios ya no le indican al trabajador que puede ir al Juzgado de Trabajo, donde le nombran un Defensor para iniciar judicialmente el reclamo del pago completo. La preocupación fundamental en el Ministerio de Trabajo es proteger al gran empresario.
Las cúpulas sindicales permanecen ajenas, sin embargo, ante esta guerra de la burguesía costarricense contra el pueblo trabajador, aferradas a la estrategia de dialogar para ponerse de acuerdo sobre un ajuste no tan brutal. El activismo y las organizaciones clasistas y luchadoras deben impulsar la lucha contra esta ofensiva hambreadora, promoviendo la organización obrera y popular desde abajo.