¡Ni una menos: vivas nos queremos!
Ante el feminicidio de Ana Jenny Otárola
Por Grace Serrano
Un nuevo feminicidio conmueve al país: Ana Jenny Otárola fue encontrada sin vida en su casa de habitación el pasado martes 04 de junio de 2024, presuntamente asesinada por su pareja sentimental con quien convivía desde hace varios meses. Las agresiones que sufría la mujer eran un secreto a voces conocido por familiares y vecinos, quienes la enterraron el fin de semana pasado en Guácimo.
El control de la mujer, de su cuerpo y de su vida llega a la mayor monstruosidad con el feminicidio. Estos se incrementan en nuestro país y en todo el mundo, como expresión de la podredumbre del sistema capitalista patriarcal que continúa necesitando de la sujeción de la mujer y se beneficia de la gran cantidad de trabajo doméstico impago que realizan las mujeres el cual ascendería, si se pagara, a 10,8 billones de dólares anuales, según cálculos de un estudio de Oxfam del 2020.
Son muchas las mujeres que mueren, con las manos atadas, con el corazón destrozado, con los sueños sin cumplir. Nadie escuchó los gritos de Ana Jenny, su boca no se pudo abrir ya más para pedir ayuda. No estuvimos ahí. Estuvo sola durante todo ese tiempo en manos de su torturador y no lo pudimos evitar. Alguien podría argumentar que es un problema que ocurre solamente en las cuarterías y que había drogas de por medio. Sin embargo, al revisar los casos de feminicidios de los últimos meses vemos que cada caso tiene sus particularidades, en zonas rurales, en zonas urbanas, en barrios pobres y no tan pobres, en hoteles de lujo; lo que si se repite en todos los casos es que las mujeres son asesinadas por sus parejas o exparejas. Pero también en muchos casos, familiares y vecinos conocían previamente de las agresiones que sufrían las víctimas antes de ser asesinadas.
También fueron asesinadas y las recordamos:
Eva Morera, sobrina de nuestro camarada David Morera, de 19 años, asesinada por su expareja el 1° de noviembre de 2019.
Y entre otras muchas, las más recientes de una larga lista que murieron en manos de un agresor:
Carolina Herrera Alvarado, de 44 años, asesinada presuntamente por su exmarido, el domingo 12 de enero de 2024.
Mildroren Fabiola Jiménez Chavarría, de 34 años, presuntamente asesinada por su pareja de un balazo en la cara, el 05 de abril de 2024.
Kimberly Araya, de 33 años, hallada sin vida cerca del túnel del Zurquí el 25 de abril; su esposo es el principal sospechoso y el móvil del asesinato los celos. Según declaraciones de la familia de la víctima, Kimberly era una mujer agredida, aunque trataba de ocultar su triste realidad.
El 5 de mayo encontraron atada y sin vida a Lesly Calderón en San Rafael de Alajuela.
El 17 de mayo se encontraron los restos de Nadia Peraza Espinoza en una refrigeradora, quien había estado desaparecida desde el 20 de febrero, al parecer su expareja estuvo manipulando a sus familiares enviando mensajes falsos desde el celular de Nadia.
Marisol Rodríguez Cordero fue asesinada el 27 de mayo en Upala, presuntamente a manos de su expareja, en Colonia Puntarenas.
Hace unos días se encontraron unos restos que al parecer corresponden con el cuerpo de Emilce Soto, de 48 años, quien desapareció el 9 de marzo anterior.
Ya se contabilizan más de 22 feminicidios desde enero a la fecha en que se escriben estas líneas.
Pero también hay varias mujeres desaparecidas, cuyos cuerpos aún no son encontrados, pero que se sospecha también son casos de feminicidio, como el caso de Nanci Margot Chacón Jiménez, que aún sigue desaparecida, vista por última vez el 24 de marzo de 2024, cuando salió en su vehículo rumbo a un baile en La Fortuna de San Carlos. Nancy Chacón lleva ya casi ochenta días desaparecida. Keyra Sanchez Arroyo, de 14 años, vista por última vez el 04 de junio, es el caso más reciente.
No seamos indiferentes. Caminemos más atentas. Son nuestras hermanas, nuestras madres, nuestras hijas, nuestras amigas. Estemos alerta, oído siempre atento a su voz pidiendo ayuda, ojos muy abiertos observando si algo anda mal. No nos dejemos engañar por machistas abusadores, Que la sororidad este siempre entre nosotras. No permitamos más indiferencia, que sus risas no se apaguen. Que su voz pidiendo justicia permanezca con nosotras. Hablemos por ellas, luchemos por ellas, las que ya no están, que su recuerdo siempre viva entre nosotras.
Frente a las voces retrógradas que señalan que el feminismo es el problema, necesitamos más organización de las mujeres que luchan por sus derechos, contra la violencia y el feminicidio; un movimiento social que se difunda en los barrios, las escuelas, los pueblos, las universidades.
No las vamos a olvidar, cuidémonos más, juntas lo podremos lograr.
!Si tocan a una, respondemos todas!
!Ni una menos! ¡Vivas nos queremos!