Opinión: VOY A VOTAR

PERO DE ESTAS ELECCIONES
NO VA A SALIR NADA BUENO PARA EL PUEBLO
Por Manuel Sandoval

Se entra ya en la fase final de una campaña electoral que no ha despertado casi interés. Corrupción y políticos de los partidos tradicionales están asociados en la conciencia popular y figuras nuevas como Chávez han aparecido con un rabo fétido. No parece que puedan haber sorpresas. Gracias a la atomización del voto en un montón de partidos y a un nivel más alto de abstención, es casi seguro que a la segunda vuelta irá Figueres con Lineth o Fabrizio. El Frente Amplio no es alternativa en estas elecciones, porque “se quemó” haciendo parte del gobierno del PAC.

El que gane en la segunda vuelta: sea Fabrizio, Lineth o Figueres, va a continuar implementando la Agenda de austeridad que pactó el gobierno del PAC con el FMI, ya están comprometidos públicamente a hacerlo, y si la situación se deteriora por el peso de la deuda pública, pasará a implementar una segunda parte de la reforma fiscal aún más brutal. Con una Asamblea Legislativa diez veces más reaccionaria y comprometida con el gran capital que la actual, la burguesía costarricense continuará descargando sobre el pueblo el peso de la crisis fiscal para mantener la evasión tributaria de los grandes empresarios.

No nos cansaremos por eso de repetir que sólo en las calles, con huelgas, bloqueos y movilizaciones que converjan hacia una huelga general que paralice el país, es que se va a poder frenar la ofensiva de la burguesía contra el nivel de vida y las conquistas sociales de las/los trabajadores y el pueblo.

El Frente Amplio, el PIN, Pueblo Unido y otros partidos que no se reclaman del programa neoliberal de la burguesía costarricense pretenden llegar al gobierno a realizar reformas a favor de los sectores populares en el marco de la institucionalidad democrático-burguesa del país, lo que implica negociarlas con la burguesía. ¡Una utopía! Sin el pueblo en las calles no se va a lograr imponer ninguna medida significativa a favor del pueblo. La crisis del capitalismo atrasado y dependiente de nuestro país NO SE PUEDE ENFRENTAR sin medidas que toquen profundamente los intereses de la gran burguesía costarricense y sin romper con todos los pactos que nos amarran a los organismos financieros internacionales.

La división de estos partidos les resta posibilidades de elegir diputados. No obstante, CÉLIMO GUIDO, el dirigente de RESCATE NACIONAL que encabeza la papeleta a diputados del PIN por Alajuela, tiene posibilidades de ser electo. Hacemos votos para que de salir electo, desde la curul parlamentaria (a diferencia de Villalta que pasó los cuatro años de su mandato tratando de convencer a la burguesía de moderar la reforma fiscal) CÉLIMO GUIDO contribuya a impulsar de nuevo la movilización de RESCATE NACIONAL, a ampliarla a más sectores sociales y a profundizarla. De ser así, estaremos a su lado.

El Partido de los Trabajadores (PT) de John Vega levanta un programa anticapitalista más correcto que el de la izquierda reformista y colaboracionista de clases. Lamentablemente, con su política sectaria de marchar solos contra el mundo en la campaña electoral, sin integrar a sus papeletas a luchadores del movimiento obrero y popular, no va a salir de la marginalidad en que se ubicó en las dos últimas elecciones.

Voy a votar en San José por este grupo por levantar un programa anticapitalista, pero dejamos claro ante las/los trabajadores que NO ES NADA PRINCIPISTA, su práctica sindical es muy oportunista. De la forma más sectaria rechazan cualquier alianza con los grupos que luchan contra la burocracia traidora del Movimiento Honestidad en la APSE, para dividir el voto opositor en las elecciones y permitirle a la burocracia mantenerse en el poder. Voy a dar mi voto a estas compañeras y compañeros esperando que rectifiquen el rumbo que llevan.
En estas elecciones el pueblo no va a ganar nada. Nos disponemos a la lucha, poniendo al frente de nuestras organizaciones a dirigencias sin compromisos con el gobierno, los partidos burgueses y la UCCAEP, o vamos a perder todo lo que marcó diferencia con el resto de Centroamérica.