¡Qué renuncie el Ministro de seguridad! #FueraMichaelSoto
Desde el 30 de septiembre una oleada de protestas ha sacudido al país. Se trata de un movimiento de oposición a las negociaciones con el FMI que implicaría un segundo paquete de impuestos, y la destrucción de importantes conquistas sociales. Las protestas tienen un gran significado pues son el fin de la tregua impuesta por seis meses de pandemia. Durante seis meses continuos, el gobierno aplicó políticas antipopulares, y justo cuando parecía que la aprobación de un empréstito con el FMI era cuestión de trámite y regateo legislativo, entró en escena un sector popular muy heterogéneo que ha rehabilitado en pocos días los métodos de lucha del bloqueo y la autodefensa ante el hostigamiento policial. Como lo denunciamos en las páginas de Bandera Roja, las fuerzas policiales han sido utilizadas para amedrentar a las poblaciones que luchan, como lo señalamos ante las amenazas en Alajuelita durante la pandemia. En esta coyuntura reciente, el papel del Ministro de Seguridad, Michael Soto, como perro guardián del régimen, ha sido nefasto y bochornoso, pues no solamente es el principal responsable de todo tipo de abusos y atropellos hacia las comunidades en lucha, así como de restricciones a la protesta social, sino que ha salido a defender a capa y espada la brutalidad policial. En varias ocasiones ha salido a decir en cámaras que si estas protestas sociales se hubieran dado en otro país ya habría varios muertos; ¡da la impresión más bien, de que lamentara que no sea así realmente!
Veamos tres ejemplos concretos.
En primer lugar, tenemos la provocación del jueves 8 de octubre en la comunidad de Cañas, Guanacaste, en donde fue ampliamente documentado el abuso policial. En el operativo, las fuerzas antimotines intimidaron a un grupo de manifestantes que protestaban al lado de la calle principal, también arrestaron a un periodista de un medio local y lanzaron,de manera indiscriminada, gases lacrimógenos en el Barrio Imas. Este tercer hecho es particularmente grave, ya que obligó a muchas personas con diagnóstico positivo de COVID-19 a abandonar sus casas, donde realizaban la cuarentena, para huir de los efectos de los gases. Las escenas son realmente dantescas. Con mucha dignidad, el alcalde de Cañas, ha hecho pública la denuncia y ha interpuesto una demanda contra el ministro Soto.
En segundo lugar, ha sido ampliamente difundida la grabación de una paliza propinada por una veintena de policías a dos vecinas de la comunidad de Altamira, San Carlos, el sábado 10 de octubre en horas de la mañana. Entre las familias de las mujeres detenidas se ha denunciado que se las han llevado, y en las comisarías de la zona no dan cuenta de su ubicación. Denunciamos enérgicamente estos métodos intimidatorios de la policía que busca amedrentar dirigentes comunales y activistas combativas. Recordemos que la zona norte del país ha sido escenario de arrestos arbitrarios, el enfrentamiento con la policía, y los bloqueos para ejercer presión y rechazar las negociaciones con el FMI.
En tercer lugar, este lunes 12 de octubre, de nuevo la policía protagonizó un despliegue con tintes militares, acordonando la casa presidencial en Zapote, San José. Centenares de manifestantes se mantuvieron por al menos 3 horas a las puertas, exigiendo se atendiera a la dirigencia del Movimiento Rescate Nacional, pero la respuesta ha sido lanzar garrotazos y gas lacrimógeno. En estos momentos, según datos oficiales hay 28 personas detenidas y decenas de personas resultaron heridas en los enfrentamientos.
Resulta preocupante e indignante que se estén dando casos en donde las personas arrestadas desaparecen durante varias horas y en varios casos han sido necesarias las intervenciones de las organizaciones de derechos humanos, que han interpuesto recursos de Habeas Corpus para que la policía se digne a indicarle a la familia de la gente arrestada su paradero. Circulan denuncias de personas ajenas a las movilizaciones que han sido arrestadas por la policía simplemente por estar transitando cerca de las movilizaciones. Estos arrestos arbitrarios y la desaparición de las personas arrestadas durante horas recuerdan los métodos de las más infames dictaduras latinoamericanas y muestra un cambio en el carácter del régimen político que se torna cada vez más autoritario.
Resulta todavía más indignante el video divulgado por Noticias Costa Rica en donde se puede ver claramente cómo un policía infiltrado en las movilizaciones le pide a otro policía que lo arreste. En otros videos se puede ver como estos infiltrados estuvieron provocando a los antimotines y azuzando al resto de las y los manifestantes para que se enfrentaran a la policía. Posteriormente trascendió, y así lo informan varios medios de comunicación, que dos de estos policías infiltrados son Rogen Cárdenas y Róger Ortega, del Programa Regional Antidrogas (PRAD), de Alajuela.
Denunciamos y repudiamos a este mal gobierno por lanzar la policía a las calles y silenciar cualquier tipo de protesta que haga críticas a la farsa de negociación multisectorial que preparan para el próximo fin de semana. Mientras llaman a un diálogo multisectorial (baile con los ricos), que es claro que es una pantomima (más teatro) de concordia, le recetan garrote a los sectores populares en lucha. Es claro que en este nuevo espectáculo, remedo de negociación no se discutirán los temas clave, los motivos por los cuales el país lleva dos semanas de convulsión y enfrentamientos en las calles entre manifestantes y la policía que defiende al régimen y a las cámaras empresariales.
En el Partido Revolucionaria de las y los Trabajadores reivindicamos los métodos de lucha del pueblo y la clase trabajadora y responsabilizamos al señor Michael Soto de la triste farándula que presentaron ayer en casa presidencial, no se vale que ahora salga a decir a la prensa que no sabía nada del asunto. Lo responsabilizamos también por los actos de violencia y de brutalidad policial que han ocurrido durante las últimas semanas, es claro que hay cuerpos policiales militarizados y cuyo principal objetivo es el control y la represión de la población. Con las imágenes de ayer queda claro que la policía de Costa Rica no es civilista, como sale a decir Michael Soto en todas las entrevistas, sino que utiliza tácticas arteras en contra de la población que se supone debería proteger y que más bien busca crear un clima de confrontación para justificar la garroteada y la gaseada que le propina a las y los manifestantes.
Exigimos la renuncia de Michael Soto y de todas las personas del Ministerio de Seguridad responsables de los montajes, la manipulación y las agresiones contra el pueblo y la clase trabajadora que estamos denunciando y que han sido denunciados en muchos otros medios; exigimos la liberación inmediata, sin cargos de ningún tipo, de todas las personas manifestantes detenidas ayer; también el retiro de los cargos contra todas las personas detenidas durante estas manifestaciones, después de las denuncias de la infiltración la policía queda completamente deslegitimada para levantar cargos contra nadie.
Exigimos también el cese de toda represión contra el pueblo. ¡Fuera antimotines y demás fuerzas represivas de las calles y los barrios populares! Hacemos un llamado a toda la población, a todas las organizaciones populares, políticas, de mujeres, ecologistas, sindicatos y de derechos humanos que se sumen a esta campaña #FueraMichaelSoto y a mantenernos organizadas y organizados.
¡Disolución del cuerpo de élite militar LINCE!
¡Fuera ANTIMOTINES DE LAS CALLES YA!
¡Libertad a todas las personas activistas detenidas por luchar contra el FMI y el gobierno!
¡Fuera Ministro de seguridad Michael Soto!