REGRESO A CLASES CON MÁS CRISIS

04/02/2021
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MÁS CRISIS DEL SISTEMA EDUCATIVO Y PRESIÓN SOBRE EL EDUCADOR

 

Por Manuel Sandoval

Recientemente publiqué en redes sociales una ventanita denunciando que el MEP está cercenando, una vez más, las vacaciones de los educadores. Convocó a capacitaciones virtuales lunes, martes y miércoles de esta semana, y por la ambigüedad intencional de las circulares del MEP, muchos directores están convocando a las instituciones los otros días. La lógica de la ambigüedad es incentivar que los directores atropellen al educador para ir cambiando las relaciones laborales; haciendo letra muerta, hasta que se imponga la Ley de Empleo Público, del marco legal que protegía nuestros derechos.

La reacción de alguna gente me asustó: enojadísimos, me cubrieron hasta de insultos. Para ellos, si el MEP convoca a capacitaciones, es el inicio del curso lectivo y santa palabra. Entre estas gentes poco dadas evidentemente a cuestionar las directrices oficiales, hay algunas que quieren quedar bien con las autoridades educativas (gentes ligadas, indudablemente, al PAC); otras que en su concepción del mundo no les cabe cuestionar la autoridad establecida, lo ven como un pecado gravísimo; y algunas (probablemente educadores nuevos) con mucho desconocimiento del marco legal que nos regula y poca preocupación por la ofensiva que hay en estos momentos contra nuestros derechos laborales y el modelo educativo más democrático y formativo que tuvo el país antes de que se entrara de lleno en el marco de la globalización. Ni que decir, que la desmoralización que han creado las burocracias sindicales, renunciando a toda lucha seria contra la ofensiva reaccionaria del gobierno y la burguesía, contribuye decisivamente a un clima de resignación y apatía entre algunas compañeras y compañeros.

Sin embargo, legalmente la realidad es que mientras no salga la Ley de Empleo Público, el curso lectivo se inicia el día que comiencen a impartirse clases, el 8 de febrero. En esto la Ley de Carrera Docente está plenamente vigente. Hay una obligación de participar en el planeamiento y organización institucional del curso lectivo, pero en la práctica se estableció que esto se hacía con una convocatoria a las instituciones de uno o dos días en la semana previa. Nunca se ha podido sancionar a ningún educador porque no se presente, no hay normativa. Cualquier justificación es válida.

Por eso, otros compañeros me han comentado que se van a conectar hasta que el asunto se vuelva tedioso. Las capacitaciones del MEP son de escaso valor pedagógico, un mero trámite burocrático que no aclara mucho sobre los cambios en evaluación y otros aspectos que se introducen todos los años. Sin embargo, el Magisterio Nacional está olfateando, con las primeras circulares del MEP de este año, QUE NOS VA A CAER ENCIMA UNA SOBRECARGA DE TRABAJO BRUTAL con la implementación a medias del curso lectivo presencial y la obsesión de los burócratas del MEP de aplastar al educador con informes burocráticos sin sentido. Problemática a la que se va a sumar, que el sistema educativo está comenzando a resentir los recortes presupuestarios brutales que han habido en Educación, aumentando a lo largo de este año la exclusión de los estudiantes de los sectores populares y la presión sobre los educadores.

En este marco de más crisis para el 2021, el problema de la duración del curso lectivo y de la vacación de los educadores no está saldado. El enfoque educativo introducido en el marco de la Globalización (plasmado en 1997 en la política del exministro Doryan conocida como EDU-2005), ve a la escuela como una fábrica, donde prolongando el tiempo de trabajo de los docentes y obligando a los estudiantes a hacer el máximo esfuerzo, la inversión en educación se vuelve rentable. “Hay que hacer más chocolate con el mismo cacao”, decía Doryan, y tras dos décadas de experimentación, poco ha importado que el curso lectivo de 200 días haya sido un factor de desorganización del proceso de enseñanza-aprendizaje y hasta de pérdida del tiempo lectivo. El enfoque sigue presente, cuadrar a los educadores en un régimen fabril es una meta a alcanzar -y necesidad obliga-, es muy probable que vuelva a tomar fuerza.

Para no hundir al país en el marasmo de la crisis fiscal y el endeudamiento, y no tallar a los grandes empresarios que crearon el problema con una evasión billonaria del pago de impuestos, la burguesía costarricense apuesta a recortar brutalmente el gasto estatal. La ministra ha resultado muy buena sangrando el presupuesto del MEP (más de la quinta parte del presupuesto nacional), pero no es suficiente (como tampoco serán suficientes las medidas del acuerdo con el FMI si se plasma). Es inevitable por eso que se tengan que buscar mecanismos para reducir la planilla. Al congelamiento parcial en los nombramientos de las plazas vacantes que impuso la Reforma Fiscal, se le va a añadir un proyecto de ley que reducirá la sustitución de las plazas que queden vacantes a sólo un 20%.

No sé si el lector capta lo que esto significa: más estudiantes por grupo. Por eso es probable que todo el deterioro del proceso de enseñanza-aprendizaje que van a provocar con estas políticas, lo intenten resolver por la vía de prolongar el tiempo de trabajo del docente. Aunque aparentemente en la Ley de Empleo Público se nos está haciendo la “concesión” de dejarnos dos meses de vacaciones; a raíz de la ofensiva de la burguesía para traerse abajo las pocas concesiones que se le hicieron a las organizaciones magisteriales en la pasada Convención, lunes, martes y miércoles santos ya no se van a considerar más como días de asueto, sino como parte de las vacaciones. Si se suma la semana previa de capacitaciones, para el 2022, en el mejor de los casos, se van a perder casi dos semanas de vacaciones.

Los burócratas de las organizaciones magisteriales si se dan cuenta de estos problemas no se preocupan mucho. Lo verdaderamente trágico es que haya educadores que no se asustan. Aunque tengan vocación de mártires y vean el ejercicio de la profesión como un vía crucis, deberían darse cuenta de que con su silencio complaciente ante las políticas del MEP ayudan a implementar un modelo cada vez más excluyente de los sectores populares en la Educación Pública. El lunes el curso lectivo se inicia sin comedores escolares, buses, y en muchos casos con escuelas y colegios en condición de tugurios (un resultado de la austeridad fiscal y el recorte de gastos en el MEP). La pandemia le sirve de excusa al gobierno, para camuflar, con un regreso a clases a medias, los problemas que está creando el recorte presupuestario.

El docente no puede resignarse a esta situación. Hay que organizar a los padres de familia y los estudiantes para que asuman la defensa del derecho a la educación.

A la gente que dice que hay que resignarse y darle las gracias a Dios porque tenemos trabajo, le diríamos que con esta actitud no lo va a asegurar. El medio millón de estudiantes pobres que quedaron excluidos del sistema educativo el año pasado por falta de conectividad, si con el paso a la presencialidad no se vuelven realidades físicas, le apuesto a que van a desaparecer muchas plazas.

LA BURGUESÍA COSTARRICENSE TIENE UNA GUERRA CONTRA EL PUEBLO TRABAJADOR PARA MANTENER LA EVASIÓN Y LA ELUSIÓN FISCALES

EL ACCESO DE LOS SECTORES POPULARES A UNA EDUCACIÓN DE CALIDAD, LE PARECE AHORA UN LUJO INNECESARIO,

QUE NO VA A COSTEAR PAGANDO IMPUESTOS … ¡A MENOS QUE LA OBLIGUEMOS CON UNA GRAN MOVILIZACIÓN POPULAR!