Resolución sobre relaciones del PRT de costa rica con la RCIT

05/05/2021
Agotamos experiencia que aprobó nuestro pasado XXVI Congreso

 

No tenemos en común ni el método, ni la política de construcción, ni la confianza para mantener un proceso de discusión con la RCIT

 

El 19 de octubre de 2019 , a solicitud de Michael Pröbsting, Secretario Internacional de la Corriente Comunista Revolucionaria Internacional (Revolutionary Communist International Tendency- RCIT), con sede en Austria, firmamos una Declaración de Relaciones Fraternales entre el Partido Revolucionario de las y los Trabajadores (Costa Rica) y dicha organización.

En los puntos tres y cuatro de la Declaración. señalada:

“3. Acordamos discutir con más detalle algunos temas de la Revolución Árabe, así como del programa para la liberación de las mujeres y la cuestión ecológica.

  1. Estamos abriendo ahora un proceso, probablemente por algunos meses, en el que tendremos un período de discusiones y colaboración más intensas, incluso en campañas internacionales, durante el cual examinaremos la posibilidad de una fusión de nuestras organizaciones.”

Sin embargo, a partir de algunos errores y problemas de comunicación y relación interna de nuestra dirección precedente, que fungió hasta nuestro pasado Congreso; y en virtud de los ritmos frenéticos a los cuales la RCIT pretende someter a las organizaciones con las que trabajan; por ejemplo, impulsando declaraciones internacionales con plazos de un día, para ser revisadas, más bien adheridas, sin real espacio para el debate y la retroalimentación marxista en equipo; se produjo, entonces, una situación de tensión, y para empeorar, se hicieron graves acusaciones morales de deslealtad contra un camarada, a partir de un error metodológico que cometió el compañero (y que él de inmediato reconoció). Desde nuestras perspectiva, estas acusaciones de la RCIT no corresponden para nada a la naturaleza y gravedad que le asignan reiteradamente.

En la última reunión que sostuvimos el 22 de marzo de 2020, explicamos con meridiana claridad que, para nosotros, cuando se hace una acusación moral de deslealtad contra un camarada es algo muy grave, y que por eso insistíamos en el tema y lo colocamos de primero, incluso sobre la cuestión programática. Para nosotros la desconfianza moral, implica que la persona acusada, o ha cruzado la frontera de clase, o bien, que es un agente de la burguesía, un opresor machista o defensor del patriarcado; por lo tanto, atenta contra la organización y el proceso revolucionario.

Ante nuestra argumentación no ocurrió una disculpa, sino que, de la manga, sacaron un argumento completamente descontextualizado y sin fundamento, que nunca fue planteado por escrito, sino que surgió en la misma sesión virtual. Consideramos que es un mal método de discusión, que refleja un régimen interno prestigista y pequeño burgués. Para quienes se autodenominan “Quinta Internacional”, los errores siempre los cometemos en el PRT, la dirección de la RCIT no se equivoca nunca, ostentan esa actitud que se refleja en todos sus escritos autoproclamatorios, Nosotros nos disculpamos por los errores que cometemos, la dirección de la RCIT no se disculpa, cuando se les plantea argumentos contundentes sobre la forma errónea en como vienen manejando un tema, meten por la ventana de la cocina una nueva argumentación para no dar el brazo a torcer. Discuten como abogados, para ganar a toda costa su caso.

Por otro lado, en medio del proceso de acercamiento y discusión, les planteamos a la RCIT que teníamos acuerdo general sobre la cuestión del programa, pero que nos gustaría conocer los estatutos de la organización para conocer su funcionamiento interno. Encontramos muchas cuestiones con las que no concordamos. En nota fechada 8 de febrero de 2020 les enviamos nuestras preocupaciones:

LA CUESTIÓN DEL REGIMEN BOLCHEVIQUE CENTRALISTA DEMOCRÁTICO Y EL INTERNACIONALISMO.

Como les escribimos un fragmento de la carta referente al tema emitida por nuestra dirección a fines de abril del año en curso:

ESTATUTOS: En relación con los Estatutos que nos envían nos provocan muchas preocupaciones y dudas, sobre el funcionamiento y la metodología de la RCIT. A nuestro entender, es difusa la elección (el método y el número) de personas delegadas a la Conferencia Internacional (cuatrianual); no encontramos justificación para la figura del Secretario Internacional y sus atribuciones específicas, no hay criterios leninistas sobre prensa regular y reglas claras de cotización para las secciones, y no entendemos esa figura de Tesorero, que no está claro si es miembro del SI o del CEIC.

Pero lo que es más grave, es lo siguiente: se establece que los organismos de dirección internacional, incluido el SI, tienen un poder hipercentralista (que no corresponde a una pequeña corriente internacional en formación embrionaria, con una dirección que ni de lejos tiene una pizca de la autoridad moral y política de lo que fue la dirección de la Internacional Comunista a la cabeza de Lenin y Trotsky), al punto de ser capaces de anular decisiones de las secciones nacionales (artículo 15), algo que jamás en su vida propuso ni impuso la dirección que encabezó Nahuel Moreno, consciente de su extrema debilidad y por respeto a los procesos y realidades nacionales de cada sección. En caso de que existieran problemas de principios con alguna sección (como fue el caso de la táctica con ¡A LUCHAR! en Colombia, por ejemplo), el método de la dirección morenista era procurar corregir la desviación, mediante una extensa y democrática discusión de cara a toda la corriente y con amplias garantías democráticas para la sección cuestionada, con el propósito de educar, esclarecer y resolver el diferendo hasta sus últimas consecuencias.”

La respuesta que recibimos de la RCIT nos dejó boquiabiertos a los compañeros de la Comisión Internacional del PRT. Ya habíamos experimentado la tendencia que tiene la dirección de la RCIT de juzgarnos sin conocernos, en varias oportunidades. Sin embargo, esta nota, es insultante y raya en el desvarío. Primero nos acusan de nacional-trotskistas y nos sacan sendas citas de Trotsky para aleccionarnos y utilizan frases para referirse al PRT como “ (…) Debido a tal falta de internacionalismo serio” y cosas por el estilo.

Luego, para apuntalar el argumento, realizan una comparación odiosa y falaz entre la trayectoria de la RCIT y la trayectoria del PRT, como forma de presunta comprobación “empírica” de que nuestra organización es incoherente, programática, política y organizativamente y la RCIT es la única posibilidad de organización internacional revolucionaria, no literalmente, pero prácticamente, como se deduce de todas sus cartas y declaraciones públicas. A pesar de esto, cierran su nota solicitando que, si salimos de nuestra supuesta condición “pecaminosa” nacional-trotskista reincidente, y los reconocemos, en su vocación mesiánica, como la única opción correcta para orientarnos hacia el verdadero internacionalismo revolucionario, les avisemos.

Esta experiencia práctica nos ha llevado a diagnosticar que, muy a nuestro pesar, la RCIT es una secta autoproclamada “Quinta Internacional”, que tienen métodos burocráticos de organización y una acusada tendencia a las salidas abstractas, ultrapropagandistas, librescas, que reflejan una escasa inserción en el movimiento de masas.

En la misma carta citada del CC del PRT a la RCIT se agrega:

“LA ESENCIA DEL PARTIDO REVOLUCIONARIO.

En una carta precedente que nos enviaron, el Buró Político de la RCIT nos pretende aleccionar con una cita de Trotsky que se puede resumir en la siguiente frase: las y los revolucionarios deben “poner el programa primero” y seguidamente nos recriminan nuestra supuesta volatilidad y falta de claridad programática. No solemos hacer discusiones hermenéuticas sobre citas de marxistas magistrales, no sólo para no dar por esa vía un sentido de autoridad a nuestras posiciones, sino también para evitar descontextualizarlas o entenderlas parcialmente.

No obstante, la cita que traen a colación nos brinda una magnífica oportunidad para ahondar sobre nuestra concepción del partido revolucionario y cuál es la metodología y el régimen interno que proponemos.

1) La cita de Trotsky es completamente acertada, pero es parcial, insuficiente, sino se ve a la luz de otros escritos de Trostky (por ejemplo: “Bolchevismo y Stalinismo”, “Su moral y la Nuestra”, etc.) ¿y por qué no? además lo corroboramos a partir de nuestra propia experiencia.

Decimos que la cita es parcial, porque entendemos además al Partido en su dimensión organizativa, como una realidad material, con seres humanos de carne y hueso, con limitaciones y capacidades. Así ubicados, es tarea de primer orden la paciente construcción cotidiana del principal factor al que se reduce la crisis de la Humanidad (Programa de Transición), nos referimos a la construcción histórica de un equipo de dirección colectiva, con discusión franca, pero fraterna, crítica y autocrítica, así como cuadros de vanguardia que se postulen al liderazgo en el movimiento de masas, y bases que cumplan con criterios elementales de participación en un frente de intervención, venta de la prensa regular y cotización.

Nos sorprende que en su definición unilateral de lo qué es el Partido se limiten al Programa, que básicamente traza nuestro juego de consignas para una etapa de la lucha de clases, consignas que en gran parte hoy, sino en su totalidad, son de propaganda. Tenemos la impresión de que refleja cierta propensión de ustedes al propagandismo, máxime si observamos la profusa producción propagandística que realizan desde su página web.

Lo propaganda no está nada mal, es siempre muy necesaria, incluida lo que Engels llamaba la lucha teórica, sobre todo para formar pequeños grupos de jóvenes de vanguardia, y en general, desarrollar cuadros, Pero la propaganda debe ir acompañada de la agitación, en cada resquicio que la lucha de clases y nuestros limitados recursos nos lo permitan. Pues a las masas se les gana mediante la

agitación, que impulsa la movilización. Y sin la movilización revolucionaria de masas, no hay revolución.

Por otra parte, reiterando que, en efecto, un pilar fundamental del Partido es el programa. Nuestra experiencia nos ha hecho conocer cualquier cantidad de sectas, que oscilan entre el oportunismo y el sectarismo, que tiene en el “papel mojado” programas “impecables” y grandilocuentes, pero absolutamente contrarios a su práctica política. Ejemplos abundan.

En lo que respecta a este punto, finalmente debemos agregar, que como construcción humana que es, el Partido requiere además de un régimen interno sano, y exige una moral proletaria revolucionaria incólume y coherente en todos los ámbitos. El Partido también requiere finanzas, pues sin finanzas no hay partido. En síntesis, el partido es una dialéctica compleja que requiere de solidez y congruencia teórica, programática, política (incluyendo estrategias – tácticas), un régimen interno leninista sano y una moral de sus cuadros a toda prueba, y en consecuencia, confianza mutua”.

Más adelante, en la carta en cuestión, agregamos con franqueza:

2) NUESTRAS FALENCIAS EN EL PROGRAMA. Con respecto al programa de nuestro Partido que nos solicitan, el que les adjuntamos en otro archivo es limitado y fue aprobado hace poco menos de 10 años, desde luego, debe revisase y actualizarse y tiene además una naturaleza estrechamente nacional. Adjuntamos, asimismo, otro archivo con nuestro programa municipal, que fue publicado recientemente en la edición de febrero de nuestro órgano de prensa Bandera Roja del mes de febrero. Nuestro retraso en la materia obedece a nuestra larga crisis y debilidad organizativa, que se refleja en nuestro déficit en la actualización y re-elaboración programática. Aceptamos la crítica que nos hacen. Somos plenamente conscientes, tal como les hemos planteado desde el inicio de nuestras relaciones, que nuestras limitaciones se agravan al máximo, en virtud de nuestro asilamiento internacional. Por eso, llevan razón en que desconocemos mucho la situación en gran parte del mundo, incluida Europa, Asia, África y Oceanía. Lo reconocemos.

En este proyecto, los suscritos agregamos lo siguiente, que vale destacar, pues puede ser valiosos para futuras conclusiones relativa a nuestro propio balance interno. Sucede que la RCIT tiene recursos financieros para tener profesionales a tiempo completo elaborando documentos, estudiando textos y emitiendo declaraciones frenéticamente, nuestro PRT no tiene ni medio cuadro rentado escasamente para las labores partidarias, todo se autofinancia solidariamente, se hace a pura voluntad, sacrificio, consciencia revolucionaria, y robándole tiempo a las jornadas de trabajo o a los quehaceres en la comunidad y familia.

Continua nuestra nota a la RCIT indicada:

“Pero de ahí a colegir que hemos dado tumbos de una corriente internacional a otra, nos parece una ligereza, sobre todo, si ustedes apenas nos conocen. Tanto en la LIT, como en el CITO y en el CRIR, dimos sendas batallas teórico-políticas, que podemos detallar si es necesario.

Se podrían preguntar: ¿por qué, a pesar de nuestras diferencias y debates, hicimos una experiencia con esas corrientes internacionales? Por la sencilla razón de que consideramos que cualquier agrupamiento internacional no debe imponer un fuerte polo centralista, ni impedir o retacear el más

amplio debate de las diferencias, así sean públicas, siempre y cuando no pongan en entredicho los principios del marxismo revolucionario.

Detallados nuestras opiniones en este aspecto, nos permitiremos finalizar con una cita de nuestro maestro Nahuel Moreno que sintetiza muy bien lo que hemos planteado hasta ahora:

Nuestros partidos son una realidad viva, un proceso de construcción permanente; por eso el centralismo democrático es una fórmula algebraica. La combinación específica del elemento centralista y el democrático es diferente en cada momento de su construcción y debe ser precisada en cada momento.

Pero, ¿cómo hacemos para encontrar siempre esa justa proporción? Actualmente hay en nuestra Internacional una discusión pendiente con los camaradas Frank y Krivine. Ellos opinan que hay que fortalecer en nuestro partido mundial el polo centralista de la fórmula; nosotros, que hay que fortalecer el democrático(…).

Una de las grandes virtudes de esta fórmula es, precisamente, que sea algebraica. Es decir, que deje libradas a las circunstancias de la lucha de clases y del desarrollo del partido su precisión “cuantitativa”, “aritmética” (…). En última instancia, la fórmula del centralismo democrático es una expresión político-moral-organizativa.

(Moreno, Nahuel. Capítulo VI: Partido Mandelista o Partido Leninista. El centralismo democrático).

https://www.marxists.org/espanol/moreno/obras/escandaloso/10_6_nm.htm

NUESTRO SUPUESTO NACIONAL-TROTSKISMO O FALTA DE INTERNACIONALISMO

El punto anterior, en la mente de la cúpula de la RCIT, está muy relacionado con el tema del centralismo democrático. Uno de los principales argumentos para acusarnos de nacional- trotskistas es que criticamos el régimen interno de la RCIT, pues lo consideramos hipercentralista. En su respuesta, nos recetan varias citas de Trotsky sobre la importancia del internacionalismo y que no se puede construir el socialismo en un solo país, como pretendía Stalin. Esto es del ABC del trotskismo, por lo tanto, no deja de ser ofensivo que nos remachen este tipo de notas.

Sin embargo, a pesar de la insistencia en la importancia de la construcción de la internacional, y si bien es cierto, no se puede concebir una internacional como la sumatoria de partidos nacionales, Trotsky no promovía una organización internacional para aplastar o adoctrinar a las secciones nacionales. Sobre la cuestión del funcionamiento del centralismo democrático, son muy esclarecedores algunos pasajes de su texto “La Revolución Traicionada”, en donde explica cómo es que se consolida el estalinismo y un aparato antidemocrático a lo interno de la antigua Unión Soviética y como este aparato burocrático soviético estaba en las antípodas de la forma de funcionar del partido bolchevique.

“El régimen interior del partido bolchevique está caracterizado por los méritos del centralismo democrático. La reunión de estas dos nociones no implica ninguna contradicción. El partido velaba para que sus fronteras fuesen siempre estrictamente delimitadas, pero trataba de que

todos los que franqueaban esas fronteras tuvieran realmente el derecho de determinar la orientación de su política. La libertad de crítica y la lucha de las ideas formaban el contenido intangible de la democracia del partido. La doctrina actual que proclama la incompatibilidad del bolchevismo con la existencia de fracciones está en desacuerdo con los hechos. Es un mito de la decadencia. La historia del bolchevismo es en realidad la de la lucha de las fracciones. ¿Y cómo un organismo que se propone cambiar el mundo y reúne bajo sus banderas a negadores, rebeldes y combatientes temerarios, podría vivir y crecer sin conflictos ideológicos, sin agrupaciones, sin formaciones fraccionales temporales? La clarividencia de la dirección del partido logró muchas veces atenuar y abreviar las luchas fraccionales, pero no pudo hacer más. El Comité Central se apoyaba en esta base efervescente y de ahí sacaba la audacia para decidir y ordenar. La justeza manifiesta de sus opiniones en todas las etapas críticas le confería una alta autoridad, precioso capital moral del centralismo”. (Trotsky, León, Op. cit.)

Esta idea que promueve la RCIT de una internacional “civilizada” que contribuye a orientar a las sectas bárbaras de los países semicoloniales por las sendas correctas del trotskismo revolucionario, no tiene nada que ver con la forma de funcionar del partido bolchevique, que era profundamente democráticos a lo interno y disciplinados en la lucha de clases , en la acción, y que además se apoyaba en los sectores más oprimidos de las masas, incluidas particularmente de las naciones sojuzgadas, coloniales y semicoloniales.

La existencia de tensiones y fracciones lo podemos ver con completa claridad en un partido tan pequeñito como el nuestro, en donde surgen discusiones y discrepancias, a veces duras, pero sinceras, de frente; lo cual es completamente correcto, como lo plantea el texto de Trotsky. Es la única herramienta que tiene la dirección para mediar entre estos conflictos internos, naturales en toda organización revolucionaria, la autoridad y la confianza moral, cuestión que es completamente incomprensible para la dirección de la RCIT, que piensa que la autoridad de moral para construir la internacional revolucionaria se puede realizar a través de la imposición de un centralismo inerte o una profesión de fe abstracta.

Esto quizás puede funcionar para organizaciones políticas inexpertas y sin tradición, pero no para una organización como el PRT, el cual, a pesar de su debilidad actual, tiene tradición y experiencia.

Más adelante, en el mismo texto, Trotsky explica cómo se llega a la situación burocrática en la antigua Unión Soviética.

“En marzo de 1921, durante la sublevación de Kronstadt, que arrastró a no pocos bolcheviques, el X congreso del partido se vio obligado a recurrir a la prohibición de las fracciones, es decir, a aplicar el régimen político del Estado a la vida interior del partido dirigente. La prohibición de las fracciones, repitámoslo, se concebía como una medida excepcional destinada a desaparecer con la primera mejoría real de la situación. Por lo demás, el comité central se mostraba extremadamente circunspecto en la aplicación de la nueva ley y cuidaba, sobre todo, de no ahogar la vida interior del partido.

“Pero, lo que primitivamente no había sido más que un tributo pagado por necesidad a circunstancias penosas, fue muy del agrado de la burocracia que consideraba la vida interior del partido desde el punto de vista de la comodidad de los gobernantes. En 1922, durante una mejoría momentánea de su salud, Lenin se atemorizó con el crecimiento amenazador de la

burocracia y preparó una ofensiva en contra de la fracción de Stalin, que había llegado a ser el pivote del aparato del partido antes de apoderarse del Estado. El segundo ataque de su enfermedad, y después la muerte, no le permitieron medir sus fuerzas con las de la reacción” (Trotsky, León. Op.cit.) .

Un partido sin fracciones y sin una intensa discusión interna es lo menos deseable y no es el camino hacia la revolución, solo las sectas pueden tener algún interés en tener un gurú o un politburó, un aparato, que los oriente y tenga las soluciones infalibles para todos los problemas. Una organización que produce propaganda de manera compulsiva y en infinidad de hechos en todo el mundo, a partir de un funcionario o varios funcionarios rentados, pero a la que no se le ve con claridad las puntas de trabajo concreto que realizan, no da buena espina. Y esto es válido para una organización nacional como para una organización internacional.

A partir de lo analizado anteriormente se resuelve:

RESOLUCIÓN SOBRE RELACIONES DEL PRT DE COSTA RICA CON LA RCIT.

El Plenario del Partido Revolucionario de las y los Trabajadores (PRT) de Costa Rica, reunido el 5 de julio de 2020, de conformidad con lo acordado por nuestro pasado XXVI Congreso “Oscar y Valeria Martínez, con el punto exclusivo de agenda referido a evaluar y definir el futuro de las relaciones con la RCIT:

CONSIDERANDO:

Que hemos constatado serias divergencias de régimen interno (el régimen de la RCIT lo consideramos hipercentralista, como se lo hemos explicado, verbalmente y por escrito, a las y los camaradas), y serias discrepancias metodológicas con ese agrupamiento, por ejemplo, el método ultimatista que tienen de hacer declaraciones desde su Buró Político y dar un escaso margen para que las organizaciones adhieran o no, con muy limitadas posibilidades de discusión y retroalimentación colectiva. Todo ello ha sido ampliamente documentado. Asimismo, tenemos la opinión de que es un grupo propagandista en exceso. Somos conscientes, además de que, con el finiquito de nuestra parte, expresado en la presente resolución, quedan pendientes temas claves que no se profundizaron, como lo es, sin duda, naturaleza de la lucha por la emancipación de la mujer y sus razones estructurales

ACORDAMOS:

  1. Comunicar por escrito a la RCIT que no continuaremos explorando el proceso tendiente a la unificación de nuestras organizaciones
  2. Por consiguiente, damos por concluidas las relaciones fraternas entre nuestras organizaciones.
  3. No obstante, lo anterior, seguiremos anuentes a coordinar acciones conjuntas en el marco de la unidad de acción, a solicitud de cualquiera de las partes y mantener comunicaciones permanentes y debates sobre las cuestiones que se consideren relevantes, al igual que con otras organizaciones

revolucionarias, en el marco del desarrollo de corrientes internacionales que promuevan la lucha revolucionaria.

Plenario Partido Revolucionario de las y los Trabajadores (Costa Rica)

Domingo 28 de junio de 2020.