¿TENDREMOS QUE IR NUEVAMENTE A UNA SEGUNDA RONDA?

09/05/2021
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Por Miguel Barrios Gutiérrez

Ya serían tres veces seguidas; la del 2014 cuando ganó Luis Guillermo Solís; la del 2018 que fue cuando ganó Carlos Alvarado, y ahora está que viene para el 2022. Sí se da el caso, esta sería la primera vez que sucede en todo lo que va de la Segunda República. Los burgueses están muy temerosos de que eso suceda. Hay incluso algunos del PLN que aseguran que si en el 2022 vuelve a haber segunda ronda, su partido corre el riesgo de desaparecer como partido político.

Y es que no es para menos el temor que sienten los burgueses ante la posibilidad de otra segunda ronda, pues esto significa ni más ni menos, que el pueblo trabajador no halla por quién votar, no encuentra por quién votar, no confía en ninguno de los que están postulados, no se sienten representados por ninguno de ellos, en definitiva, no los quiere, están hartos de tanto engaño. Esto sucede porque desde hace muchos años, la tan cacareada “democracia” burguesa viene cayendo en picada, y los motivos son obvios: LOS BURGUESES NO SE CANSAN DE ROBAR, y el pueblo lo sabe.

Así lo pudimos constatar cuando en la campaña electoral antepasada, la del 2014, ninguno de los candidatos logró acumular el 40% mínimo necesario para ganar la presidencia de la República, entonces se inicia la llamada segunda ronda, porque ni modo, hay que nombrar a “alguien” de presidente, aunque como dice el dicho, “no hay cara en qué persignarse”.

Es así como llega a la presidencia Luis Guillermo Solís, un desconocido y oscuro sujeto, que se pasó la mayor parte de sus cuatro años en el poder montado en los aviones, viajando y despilfarrando el dinero de todos los costarricenses, y luego, sin mostrar ningún remordimiento (nos informa) que: “ahí nos queda un hueco fiscal”. En esta segunda ronda, el pueblo humilde trató de escoger, entre dos malos, al menos malo.

Cuatro años después vienen las siguientes elecciones, me refiero a la campaña electoral del 2018 y sucede igual: otra vez nadie obtuvo el mínimo necesario de votos, y nuevamente hubo que ir a segunda ronda. Y los electores, que no tenían mayor preferencia por ninguno de los dos candidatos, tuvo que entre Carlos y Fabricio, al menos malo. Esta actitud repetitiva de los costarricenses, sólo demuestra la creciente desconfianza que sienten por toda la clase política electoral, y más si ve como candidatos, a sujetos que más bien deberían estar en la cárcel.

Algunos grupos burgueses respiran esperanzados porque creen que si esta vez perdieron, en la próxima ganarían, como sucedía hace unas tres o cuatro décadas, en que el PLN y el PUSC se intercambiaban el poder cada cuatro años. Pero se equivocan, porque las grandes masas de obreros y campesinos, aunque sea muy lentamente, van tomando conciencia de que LA CLASE BURGUESA JAMÁS GOBERNARÁ EN BENEFICIO DEL PUEBLO POBRE.

Ahora pensemos en lo que pasará en las próximas elecciones del 2022, en el caso de que haya una segunda ronda. ¿Será el final de este sistema electoral nauseabundo y corrompido hasta el tuétano? Un sistema donde un expresidente carga bajo sobre sus espaldas un pesado historial delictivo: ganando millones del negocio con Alcatel, refugiándose en Suiza, lugar sin posibilidades de extradición hacia Costa Rica, y diez años después, cuando ya no corre ningún peligro de que lo metan a la cárcel, regresa al país.

Luego regresa en un puro lloriqueo para que la gente sienta lástima, y además tiene el descaro de postularse para presidente, sin que se escuche el más mínimo reproche de parte de los entes públicos que tienen el deber de poner orden en estos casos; no sé si la Fiscalía General de la República, o talvez el sempiterno Presidente del Tribunal Supremo de Elecciones, pero nadie. ¿Y los $900.000 dónde están? No sé…No me acuerdo.

Creo que, debido a esta corruptela, se podrían estar acercando momentos muy dramáticos en la vida política de este empobrecido país, para bien o para mal, y la clase trabajadora debería permanecer muy alerta y organizada, para cuando llegue el momento de cumplir con su tarea histórica.