Declaración de apoyo Internacional para el Frente de Izquierda y de los Trabajadores Unidad en Argentina
Quienes firmamos esta declaración, dirigentes y referentes de los partidos que se reclaman obreros, antiimperialistas y/o de izquierda, del movimiento obrero, del campesinado, de la juventud, del movimiento de mujeres, del movimiento LGBTQ+, del movimiento ambientalista y de todas las organizaciones que enfrentan la opresión capitalista, apoyamos las candidaturas del Frente de Izquierda y de los Trabajadores – Unidad (FIT-U) en Argentina para las próximas elecciones legislativas del 14 de noviembre.
El FIT-U, que nació hace 10 años como una coalición de la izquierda clasista y socialista, está integrado por el Partido de Trabajadores Socialistas (PTS) el Partido Obrero (PO), Izquierda Socialista (IS) y el Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST). Representa la única alternativa a los partidos capitalistas y la política del imperialismo en Argentina.
La coalición peronista gobernante, liderada por Cristina Fernández de Kirchner y el presidente Alberto Fernández, viene de sufrir una dura derrota en las elecciones primarias del pasado 12 de septiembre. Esto abrió una importante crisis en el seno del gobierno, que intenta ser capitalizada por la derecha liberal de Juntos por el Cambio, referenciada en el expresidente Mauricio Macri. La extrema derecha “libertaria” busca canalizar parte del descontento con los partidos capitalistas tradicionales para plantear un modelo económico de mayor ajuste y con más mano dura contra el pueblo trabajador y la izquierda. En este marco de decepción y descontento popular, el Frente de Izquierda y de los Trabajadores – Unidad (FIT-U) emergió en las recientes elecciones PASO, como la tercera fuerza política nacional
A pesar de presentarse como “progresista”, prometiendo terminar con la política de ajuste del gobierno anterior, dos años después de haber asumido el gobierno, el “Frente de Todos” surge como impulsor de políticas a favor de los intereses de los capitalistas argentinos e internacionales. En plena pandemia dejó a millones de personas sin recibir el escaso ingreso de emergencia -que en el segundo año eliminó directamente del presupuesto-, e impuso un duro ajuste fiscal sufrido por los trabajadores, para seguir pagando la ilegítima deuda externa al FMI y los subsidios a grandes capitalistas. La pobreza ya supera el 40% y el salario sigue retrocediendo frente a la inflación, con la complicidad de la burocracia sindical.
En este escenario, el FITU se ha transformado en un canal de expresión política de la rabia social de amplios sectores de la clase trabajadora, las mujeres y la juventud. A nivel nacional, el FIT-U obtuvo más de un millón de votos (el 5%). En la provincia de Jujuy, en el norte más pobre del país donde la población es mayoritariamente indígena, el FIT-U consiguió el 24% de los votos y está luchando para elegir un diputado nacional. En las provincias patagónicas (Santa Cruz, Chubut, Río Negro, Neuquén) orilló cerca del 10% de los votos. En esta última acaba de ser electo un legislador del FIT-U para la Ciudad Capital, en elecciones locales, con el 8,8% de los votos. Son todas provincias que vienen de desarrollar grandes huelgas y movilizaciones (de los trabajadores de la salud, de los docentes, del movimiento de lucha ambientalista, de los desocupados piqueteros, etc.) donde las organizaciones del FIT-U estuvieron a la vanguardia. En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires obtuvo la mejor elección de su historia y está cerca de lograr conseguir una representación en el Congreso Nacional. En el Gran Buenos Aires, una gran votación provino de las barriadas obreras y plebeyas, reflejando las grandes luchas contra la desocupación, el hambre, la miseria, por la tierra y la vivienda, que ha tenido en el movimiento piquetero uno de sus protagonistas. Lo que plantea la posibilidad que candidatos de lucha de los trabajadores puedan ser elegidos también para los Concejos Deliberantes, coto cerrado para los partidos burgueses en municipios que nuclean entre centenares de miles y millones de votantes.
El Frente de Izquierda y de los Trabajadores – Unidad fue parte de la “marea verde” que conquistó el derecho al aborto legal, seguro y gratuito, y está en la primera línea de la lucha contra el saqueo extractivista, el agrobusiness y la megaminería de las multinacionales, promovidos por todos los partidos y coaliciones patronales. Pelea por la independencia política de la clase trabajadora y denuncia la integración de la burocracia sindical peronista al estado capitalista y pugna por la recuperación y la puesta en pie de direcciones clasistas en los sindicatos. En su programa defiende el no-pago de la ilegitima deuda externa que condena a los países de América Latina a la pobreza. También propone la reducción de la jornada laboral a 6 horas y el reparto de las horas de trabajo entre todas las manos disponibles sin reducción salarial. Y lucha por la nacionalización de los bancos y el comercio exterior. Lejos de aquellos reformistas que sostenían que, para ser exitosos electoralmente, había que rebajar el programa, el FIT-U plantea abiertamente un programa para “expropiar a los expropiadores”. Y contra el imperialismo y las burguesías locales, plantea la unidad socialista de América Latina.
Los resultados del FITU expresan en Argentina la lucha contra los efectos de la crisis capitalista mundial detonada por la pandemia sobre la clase obrera y las masas explotadas. Durante la pandemia, millones de trabajadores en todo el mundo fueron enviados a trabajar poniendo en riesgo sus vidas: los esenciales. Otros fueron despedidos y apenas subsistían con ayudas estatales. Mientras las fortunas de unos pocos centenares de mil millonarios no paraban de crecer como las de Elon Musk, Jeff Bezos, Bill Gates, Mark Zuckerberg, etc. Latinoamérica se convirtió en la región más desigual socialmente del mundo, profundizando las condiciones que motorizaron los levantamientos populares en Ecuador y Chile en 2019 y que se han extendido el año pasado y este año a Bolivia, Colombia y otros.
La crisis capitalista mundial es el gran motor de las rebeliones obreras y populares. No solo en las naciones semicoloniales y dependientes de América Latina, sino también en las metrópolis imperialistas, en primer lugar, en los Estados Unidos. Es esta crisis y la resistencia de las masas a sus medidas de “ajuste” la que ha estado deteriorando y volteando regímenes derechistas (Bolivia contra el golpe de Añez; rebelión popular en Chile contra el gobierno de Piñera y en Colombia contra Duque, etc.) y la que ha desnudado la impotencia y complicidad de los partidos centroizquierdistas y “nacionales y populares”, partidarios de frentes de colaboración de clases. Frente a la crisis de la derecha tradicional y el fracaso de las variantes centroizquierdistas o “pseudoprogresistas” (chavismo, lulismo, Podemos o Syriza) que han devenido en defensoras y ejecutoras de los “ajustes” capitalistas-fondomonetaristas contra las masas trabajadoras, la ultraderecha intenta reposicionarse. Ya vemos en el Estado Español como Vox viene capitalizando parte de la crisis del régimen monárquico español y las capitulaciones del centroizquierdismo pseudoprogreista. Pero también la crisis ha ido horadando el desarrollo de esta derecha ultra. La caída de Trump, la ola de movilizaciones y paros que enfrenta el nuevo gobierno derechista que acaba de asumir hace unos meses en Ecuador, y otros procesos de movilización así lo evidencian. En Brasil, Jair Bolsonaro se sostiene también por la política pusilánime de colaboración de clases que desarrolla el PT y Lula que ha bloqueado la intervención organizada de las masas explotadas a través de burocracias corruptas proburguesas. Sin aire, Bolsonaro sigue desarrollando ataques contra las conquistas obreras (perdida de la estabilidad de los trabajadores estatales, etc). En Argentina, los candidatos Javier Milei y José Luis Espert son expresión de esos sectores ultra reaccionarios. Con un discurso demagógico “anti casta” y “anti política”, ocultan quienes son los verdaderos ganadores con las políticas que llevan adelante los gobiernos capitalistas en la pandemia: las multinacionales, los grandes empresarios, los bancos y el agronegocio.
En la izquierda internacional hemos visto a partidos centroizquierdistas y pseudo progresistas, que han prometido una ruptura con las políticas de austeridad, pero terminaron aplicando estas medidas.
Es el caso de Podemos en el Estado español, que es parte del gobierno “neoliberal progresista” del PSOE. Antes Syriza había prometido un gobierno antiausteridad, pero terminó siendo el mejor alumno del FMI y la Unión Europea para aplicar los planes de la troika, abriendo así el camino al retorno de la derecha.
En América Latina el Frente Amplio en Chile, que firmó junto a la derecha y el reaccionario gobierno de Piñera el “Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución”, que buscó desactivar la movilización popular para rehabilitar las odiadas instituciones heredadas de la dictadura. En Perú, a pesar de las ilusiones que generó el gobierno de Castillo, ya estamos viendo como cede ante la presión patronal. En Brasil, Lula, Dilma y el PT quieren volver al poder unidos a sectores patronales en el Frente Amplio. En Bolivia, volvió el gobierno de conciliación de clases del MAS avalado por Evo Morales. Los gobiernos latinoamericanos llamados “progresistas” como el de Lula/Dilma en Brasil, los Kirchner en Argentina, López Obrador en México, o Evo Morales/Luis Arce en Bolivia, más allá de algunos roces, con el imperialismo terminaron gobernando para las multinacionales sin afectar los intereses de los grandes capitalistas, ni el capital financiero internacional. El de Chávez/Maduro en Venezuela, que llegó a plantear el “socialismo del siglo XXI”, si bien soporta una agresión y un bloqueo económico del imperialismo contra el que nos pronunciamos, ha seguido un curso de capitulación a la burguesía y al propio imperialismo.
El FIT-U representa una perspectiva opuesta al centroizquierdismo y a toda variante cuyo estrecho horizonte es gestionar el capitalismo, descargando la crisis de este sistema explotador sobre las masas. El FITU fue impulsor de la Conferencia de América Latina y de los Estados Unidos que se concretó en 2020 con la presencia de 50 organizaciones de todo el continente.
Los representantes del FIT-U en los parlamentos están junto a las luchas obreras y populares en las calles. A diferencia de los políticos capitalistas que se enriquecen con sus cargos, solo cobran el salario de una maestra -el resto de sus salarios lo donan a un fondo de lucha-. Sus candidatos y candidatas son trabajadores, estudiantes y luchadores del movimiento de mujeres, LGBTQ+ y el movimiento ambiental.
El FITU no busca ganar una mayoría en el parlamento en coalición con partidos burgueses. Su intervención en el proceso electoral es un campo de batalla esencial para desarrollar una vasta campaña de agitación sobre las masas trabajadoras para que rompan su subordinación a los partidos patronales y avancen por un camino de independencia política y de organización de la resistencia y de movilización política de cara a los ajustes fondomonetaristas y de movilización. Para que irrumpan en el escenario de la crisis nacional como un factor independiente y se transformen en alternativa de poder. El FIT-U lucha por un gobierno de las y los trabajadores en ruptura con el sistema capitalista-imperialista, basado en la movilización y la autoorganización del pueblo trabajador.
El FIT-U está junto y es parte de la clase trabajadora, la juventud, las mujeres y los pueblos indígenas que se están rebelando contra la explotación y opresión de un sistema decadente. Como lo evidencia la oleada de luchas obreras en Estados Unidos, la huelga general en Corea del Sur, las huelgas en Italia, España, Francia y Alemania, el movimiento juvenil ambientalista que recorre el mundo o las rebeliones que han recorrido los Andes y el Caribe en América Latina, Medio Oriente y se van insinuando en todo el mundo.
El apoyo electoral que reciba el FIT-U en las próximas elecciones, así como las y los parlamentarios que conquiste, serán puestos al servicio de desarrollar la lucha de clases por una perspectiva obrera y socialista.
Quienes firmamos esta declaración pronunciamos nuestro apoyo a las y los candidatos del FITU en todos los distritos del país por ser la única coalición que defiende los intereses de la clase trabajadora, las mujeres y la juventud.
Hasta este momento tenemos conocimiento de las siguientes firmas de adhesión :
En el ámbito regional, organizaciones y activistas.
Grupo de Trabajadores Socialistas (GTS), Colombia.
Organización Socialista Revolucionaria, sección Costa Rica de la Fracción Trotskista IV Internacional (que integra al PTS argentino en FIT-U).
Orlando Barrantes Cartín, suscribe a título personal, siendo Coordinador Nacional Bloque de Vivienda y de manera oficial por el Movimiento de Trabajadores y Campesinos (MTC), Costa Rica.
Grace Serra, recuperadora de tierras y luchadora por vivienda digna, por Comité Ejecutivo Partido Revolucionario de las y los Trabajadores (PRT) de Costa Rica.
José Ángel Garrido, profesor en lengua y literatura española, militante trotskista, Panamá.
Miguel Barrios, recuperador de tierras y ex obrero de la construcción, jublilado, ex miembro del Comité Ejecutivo PRT Costa Rica.
Socorro Trejos, integrante Comité Ejecutivo de Bloque de Vivienda, Comité Monte Alto Alajuelita, Costa Rica.
José María Lechado, coordinadora Gran Área Metropolitana, Bloque de Vivienda, Comité Monte Alto Alajuelita, Costa Rica.
Gladys García, Comité Monte Alto Alajuelita, Costa Rica.
María Calderón, Comité Monte Alto Alajuelita, Costa Rica.
Patricia Ramos Con, abogada feminista, integrante de la Oficina de Equidad de Género, Instituto Tecnológico de Costa Rica.
Jean Moreno Urbina, dirigente de la tendencia clasista y democrática “Cambio” de la Asociación de Profesores de Segunda Enseñanza APSE, Regional XII.
Adrián Jaén España, sociólogo, docente e investigador de la Universidad de Costa Rica y la Universidad Estatal a Distancia, afiliado al Sindicato de Empleados UCR (SINDEU).
David Morera Herrera, sociólogo, docente Escuela de Planificación y Promoción Social Universidad Nacional de Costa Rica, afiliado al Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional (SITUN).
Desde Europa:
LÉtincelle, fracción del Nuevo Partido Anticapitalista (NPA, Francia.
Corriente Nueva Izquierda (NAR) por la Liberación Comunista, Grecia
Ana Marcela Montanaro, estudiante costarricense, desde Madrid, estado español.
Corrientes Internacionales:
Liga Internacional Socialista
Fracción Trotskista- IV Internacional
Unidad Internacional de los Trabajadores- IV Internacional
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